¡Dios advierte: los Tiempos de Oscuridad llegaron sobre la Iglesia
y el Mundo. Los Profetas con valor deben anunciar y denunciar!
Enseñanza Núm.7
Virgen del Apocalipsis (Apoc. 12,1ss)
Dios pide a todos los hombres
de todo el mundo un cambio total. Tiene ya fijado un día en que juzgará a todo
el mundo con justicia. Los Profetas deben anunciar y denunciar con valentía lo
que está sucediendo y pasará, no teman, Yahvé Dios está con ustedes. La Gran
Batalla ha marcado su inicio, Ármense para resistir las obras del diablo,
analícenlo todo, lo diga quien lo diga.
Enseñanza Núm.7
28 DE MAYO DE 2016
Si de verdad somos del linaje de
Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a las creaciones del arte y
de la fantasía humanas, ya sean de oro, plata o piedra. Ahora precisamente,
Dios quiere superar esos tiempos de ignorancia, y pide a todos los hombres de
todo el mundo un cambio total. Tiene ya fijado un día en que juzgará a todo el
mundo con justicia, valiéndose de un hombre que ha designado, y al que todos
pueden creer, pues él lo ha resucitado de entre los muertos. (Hechos 17:29-31)
Una noche el Señor le dijo a
Pablo en una visión: «No tengas miedo, sigue hablando y no calles, pues en esta
ciudad me he reservado un pueblo numeroso. Yo estoy contigo y nadie podrá
hacerte daño.» (Hechos 17:29-31)
Cuando vayas a la guerra contra
tus enemigos y veas caballos, carros y un ejército más numeroso que el tuyo, no
les tengas miedo, porque está contigo Yavé, tu Dios, aquel que te sacó de
Egipto. Cuando se acerque la hora del combate, se adelantará el sacerdote y
dirigirá estas palabras al pueblo: «Escucha, Israel, estás para enfrentar a tus
enemigos; que no desmaye tu corazón, no tengas miedo ni te turbes, ni tiembles
delante de ellos, porque Yavé, tu Dios, está contigo. Él peleará en favor tuyo
contra tus enemigos y te salvará.» (Deuteronomio 20:1-4)
Ahora bien, si tú obedeces de
verdad la voz de Yavé, tu Dios, practicando y guardando todos los mandamientos
que te prescribo hoy, Yavé, tu Dios, te levantará por encima de todas las
naciones de la tierra. Entonces vendrán sobre ti y te alcanzarán todas las
bendiciones siguientes, por haber obedecido a la voz de Yavé, tu Dios: Bendito
serás en la ciudad y en el campo. Bendito será el fruto de tus entrañas y el
fruto de tu tierra, las crías de tus burras, el parto de tus vacas y ovejas.
Benditos tu canasta de frutos y tu reserva de pan. Bendito serás cuando salgas
y bendito también cuando vuelvas. Yavé hará huir ante ti a los enemigos que te
ataquen; por un camino saldrán a tu encuentro y por siete huirán de ti. Yavé
ordenará a la bendición que esté contigo en tus graneros y en tus empresas para
que seas bendecido en la tierra que Yavé, tu Dios, te da. (Deuteronomio 28:1-8)
Haré que haya enemistad entre
ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza
mientras tú herirás su talón.» (Génesis 3:15) Se ha marcado el inicio de la
gran batalla.
Por lo demás, fortalézcanse en el
Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan
resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los
poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los
espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de
Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila
valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad como cinturón, la justicia como
coraza; tengan buen calzado, estando listos para propagar el Evangelio de la
paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las
flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y
la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios. (Efesios 6:10-17)
No temas, pues yo estoy contigo;
no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido
tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido. (Isaías 41:10)
Pues bien, hijos míos, óiganme.
¡Felices los que siguen mis caminos! ¡Acepten mi enseñanza y sean sabios, no la
menosprecien! Feliz el que me escucha, que aguarda cada día junto a mi puerta y
permanece a la espera, en el umbral. Porque el que me encuentra ha encontrado
la vida, sobre él vendrán los favores de Yavé. (Proverbios 8:32-35)