EVANGELIZACIÓN PARA LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Primer Compilación de las Enseñanzas de Dios
Padre
Virgen del Apocalipsis (Ap.12,1ss)
EVANGELIZACIÓN PARA LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Primer Compilación de las Enseñanzas de Dios
Padre
Con estos Estigmas en el vientre de la Profeta Vidente Estigmatizada "E", fue sellada la Compilación de Enseñanzas de Dios Padre a Sus hijos del Mundo entero, dada directamente por Él, nos promete Su Divina Protección si de ellas hacemos LETRA VIVA, nuestra forma de vida cotidiana, contra las acechanzas de los demonios y los dolorosos momentos, que ya están en puerta, que vivirá la humanidad por su alejamiento de la Ley Divina y los Evangelios, obstinados en el pecado y viviendo como los habitantes de las devastadas ciudades de Sodoma y Gomorra.
Las Enseñanzas de Dios Padre.
¿Por qué Dios Padre imparte estas Enseñanzas
directamente a Sus hijos del Mundo entero en estos Últimos Tiempos?
La
Evangelización que está concediendo directamente Dios Padre a Sus hijos de
manera tan directa, sencilla, concreta e iluminadora a través del Cenáculo de
los Apóstoles de los Últimos Tiempos, se debe a que Él quiere que todos Sus
hijos se salven.
¿Cómo es la Evangelización nueva y eficaz del Padre
Eterno?
La
Evangelización es tan sencilla, comprensible, concreta y rápida que nos la hace
accesible a todos. Dios Padre nos va dando una serie de citas bíblicas formando
así diversos Temas. Es realmente maravilloso, porque Él forma los temas tomando
algunos versículos, de varios capítulos y de diversos Libros de la Biblia
simultáneamente. Con esto, Dios Padre nos demuestra que Él es el Autor de esta
Nueva Evangelización, nadie forma Temas Bíblicos de esta manera, “tan Única”,
que están verdaderamente destinados a orientar nuestra forma de vida en estos
tiempos; nos confirma que podemos confiar en la Fuente misma de esta brevísima
y eficaz Evangelización, es Dios Padre sin duda la Fuente de la Sabiduría, y Él
envió al Espíritu Santo siglos atrás para inspirar la escritura de los libros
con que se inspiró y escribió Su Palabra.
Pero los tiempos están
encima, y los sucesos profetizados por Jesús en Mateo 24 están ya aconteciendo.
Y puede decirse que ya casi no hay tiempo para dedicarle espacios de lectura y
meditación que merece la Sagrada Biblia, pero nuestro Padre y Creador quiere
salvar al mayor número de almas y ha decidido poner a nuestro alcance, una
serie de Temas que nos permitirán vivir y conducirnos moral y convenientemente
en lo personal, con los demás y con Él mismo como es Su Voluntad.
¡Aprovechemos de manera
inteligente esta maravillosa oportunidad que Él nos brinda, y hagamos las
lecturas de éstos Temas, meditémoslos y hagámoslos vida para salvarnos y ayudar
a las Divinas Personas y a la Santísima Virgen María, nuestra Madre, Reina y
Maestra a salvar el mayor número de almas posible, el tiempo apremia, los
sucesos profetizados en el Apocalipsis están sucediendo ya, comparte éstas
Enseñanzas con todos los que puedas: familiares, amigos, compañeros de trabajo,
conocidos y con todos los que Dios y la Virgen María del Apocalipsis pongan
cada día en tu camino¡
¡Evangelizad a tiempo y a
destiempo para vencer sobre los enemigos de Dios y de nuestras almas en estos
tiempos de oscuridad!
¡Cómo hacer las Lecturas en las Casitas de Oración!
Las lecturas de las
Enseñanzas se hacen de forma directa, frecuente y se convertirán para ti y para
todos en una refrescante fuente de vida para nuestros corazones. Pueden hacerse
los viernes por la noche en las ‘Casitas de Oración’. En estas reuniones pueden
participar varias personas o familias. En el Blog se ofrecen las Orientaciones,
Mensajes de la Virgen y de Dios Padre, así como importantes Oraciones de Sanación,
Liberación y Protección; la Coronilla de la Misericordia; Oraciones de
Reparación; Oraciones por los Niños y Jóvenes, además del Rosario Apocalíptico
tan poderoso contra la acción de los demonios; incluye Noticias y sensacionales
Vídeos, accesando al Blog:
En las
reuniones puede elegirse un Coordinador(a), si él (ella) ve que alguien necesita
una explicación más detallada sobre algún texto o alguna cita bíblica, de algo
que no entiende, alguna palabra o concepto, el Coordinador podrá con todo
comedimiento brindarle una breve explicación para despejar sus dudas. A su vez,
ofrecemos nuestra asistencia en el correo electrónico a su disposición.
TEMAS
Enseñanza
Núm. 1:
·
“Caída
del hombre; la estrategia de Satanás; y la Profecía de Yahvé-Dios de la Mujer
que aplasta la cabeza de la serpiente”.
·
“La
Palabra era y sigue siendo el Fin de todo lo creado”.
·
“La Justicia de Dios ha sido
manifestada”.
Génesis 3,
1-24
La
serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahvé Dios
había hecho. Dijo a la mujer: «¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de
ninguno de los árboles del jardín?» La mujer respondió a la serpiente: «Podemos
comer de los frutos de los árboles del jardín, pero no de ese árbol que está en
medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo prueban siquiera,
porque si lo hacen morirán.» La serpiente dijo a la mujer: «No es cierto
que morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se
les abrirán a ustedes los ojos; entonces ustedes serán como dioses y conocerán
lo que es bueno y lo que no lo es.» A la mujer le gustó ese árbol que
atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó de
su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien
también lo comió. Entonces se les abrieron los ojos y ambos se dieron cuenta de
que estaban desnudos. Cosieron, pues, unas hojas de higuera, y se hicieron unos
taparrabos. Oyeron después la voz de Yahvé Dios que se paseaba por el jardín, a
la hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron entre los
árboles del jardín para que Yahvé Dios no los viera. Yahvé Dios llamó al hombre
y le dijo: «¿Dónde estás?» Este contestó: «He oído tu voz en el jardín, y tuve
miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí.» Yahvé Dios replicó: «¿Quién te
ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí?»
El hombre respondió: «La mujer que pusiste a mi lado me dio del árbol y comí.»
Yahvé
dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?» La mujer respondió: «La serpiente me engañó
y he comido.» Entonces Yahvé Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto,
maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Te
arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra por todos los días de tu vida.
Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya.
Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.» A la mujer le dijo:
«Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos y darás a luz a tus hijos con
dolor. Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará."
Al hombre
le dijo: «Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que Yo te
había prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacarás
de ella el alimento por todos los días de tu vida. Espinas y cardos te dará,
mientras le pides las hortalizas que comes. Con el sudor de tu frente comerás
tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Sepas que
eres polvo y al polvo volverás.» El hombre dio a su mujer el nombre de «Eva»,
por ser la madre de todo viviente. En seguida Yahvé Dios hizo para el hombre y
su mujer unos vestidos de piel y con ellos los vistió. Entonces Yahvé Dios
dijo: «Ahora el hombre es como uno de nosotros, pues se ha hecho juez de lo
bueno y de lo malo. Que no vaya también a extender su mano y tomar del Árbol de
la Vida, pues viviría para siempre.» Y así fue como Dios lo expulsó del jardín
del Edén para que trabajara la tierra de la que había sido formado. Habiendo
expulsado al hombre, puso querubines al oriente del jardín del Edén, y también
un remolino que disparaba rayos, para guardar el camino hacia el Árbol de la
Vida.
Evangelio según San Juan,
1, 1-14 “Desde el principio: Era la
Palabra y sigue siéndolo”.
En el principio era la Palabra, y la
Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba ante Dios en el
principio. Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho
tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz. La luz brilla en las
tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. Vino un hombre, enviado por Dios,
que se llamaba Juan. Vino para dar testimonio, como testigo de la luz, para que
todos creyeran por él. Aunque no fuera él la luz, le tocaba dar testimonio de
la luz. Ella era la luz
verdadera, la luz que ilumina a todo hombre, y llegaba al mundo. Ya estaba en
el mundo, este mundo que se hizo por Ella, o por El, este mundo que no lo
recibió. Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron; pero a todos los
que lo recibieron les dio capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su
Nombre han nacido, no de sangre alguna ni por ley de la carne, ni por voluntad
de hombre, sino que han nacido de Dios. Y la Palabra se hizo carne, puso su
tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre
el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad.
Romanos
3, 21-31 “La Justicia de Dios ha sido
manifestada”.
Pero ahora, aparte de la Ley, la justicia de Dios ha sido
manifestada, confirmada por la Ley y los Profetas. Esta justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo es
para todos los que creen. Porque no hay distinción, por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios. Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la
redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su
sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su
tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él
sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús. ¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál
ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe. Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe
aparte de las obras de la Ley. ¿O es Dios el Dios de los Judíos solamente? ¿No es también el Dios de los Gentiles? Sí, también de los Gentiles, porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los
incircuncisos. ¿Anulamos entonces la Ley por medio de la fe? ¡De ningún modo!
Al contrario, confirmamos la Ley.
2ª. Pedro
1, 3-11 “Las Virtudes para alcanzar el
conocimiento de Cristo”.
Su
poder divino nos ha dado todo lo que necesitamos para la vida y la piedad, en
primer lugar el conocimiento de Aquel que nos ha llamado por su propia gloria y
fuerza. Por ellas nos ha concedido lo más grande y precioso que se pueda
ofrecer: ustedes llegan a ser partícipes de la naturaleza divina, escapando de
la corrupción que en este mundo va a la par con el deseo. Por eso, pongan el
máximo empeño en incrementar su fe con la firmeza, la firmeza con el
conocimiento, el conocimiento con el dominio de los instintos, el dominio de
los instintos con la constancia, la constancia con la piedad, la piedad con el
amor fraterno y el amor fraterno con la caridad. Pues
si tienen todas estas virtudes en forma eminente, no serán inútiles ni estériles,
sino que más bien alcanzarán el conocimiento de Cristo Jesús, nuestro Señor. En
cambio, quien no tiene todo esto es ciego y corto de vista, y se ha olvidado de
que fue purificado de sus pecados pasados. Por lo tanto, hermanos, esfuércense
por confirmar el llamado de Dios que los ha elegido. Si obran así, no decaerán,
y se les facilitará generosamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y
Salvador, Cristo Jesús.
Enseñanza Núm. 2 El Perdón y la Conversión a Dios.
23 de Abril del 2016.
Yahvé, el Dios de los dioses, ha hablado:
Desde donde sale el sol hasta el ocaso, ha
convocado a la tierra.
Desde Sión, la muy hermosa, Dios refulge: ¡Ahí
viene nuestro Dios, que no se calla!
Un fuego, delante de Él, lo abraza todo, y a su
alrededor ruge la tormenta.
De lo alto convoca a los cielos y a la tierra
para juzgar a su pueblo:
“Reúnan a Mis fieles ante Mí, que con un
sacrificio sellaron Mi Alianza.”
Serán los cielos los que anuncien la sentencia,
porque el juez es Dios mismo… (Salmo 50: 1-6)
Bendice al Señor, alma mía, alabe todo mi ser su
Santo Nombre.
Bendice alma mía, al Señor, y no olvides ninguno
de sus beneficios.
Él perdona todas tus ofensas y te cura de todas
tus dolencias.
Él rescata tu vida de la tumba, te corona de
amor y de ternura.
Él colma de dicha tu existencia y como el águila
se renueva tu juventud.
El Señor obra en justicia y a los oprimidos les
da lo que es debido.
Reveló sus caminos a Moisés y a los hijos de
Israel sus proezas.
El Señor es ternura y compasión, lento a la
cólera y lleno de amor;
Si se querella, no es para siempre, si guarda
rencor, es sólo por un rato.
No nos trata según nuestros pecados, ni nos paga
según nuestras ofensas.
Cuanto se alcanza los cielos sobre la tierra,
tan alto es Su Amor con los que le temen.
Como el oriente está lejos del occidente, así aleja
de nosotros las culpas.
Como la ternura de un padre con sus hijos es la
ternura del Señor con los que le temen… (Salmo 103,1-13)
Busquen a Yahvé
ahora que lo pueden encontrar, Llámenlo ahora que está cerca. Que el malvado
deje sus caminos, y el criminal sus proyectos; vuélvanse a Yahvé, que tendrá piedad de ellos, a nuestro
Dios, que está siempre dispuesto a perdonar… (Isaías 55,6-7)
Teniendo,
pues, tales promesas, queridos míos, purifiquémonos de toda mancha del cuerpo y
del espíritu, haciendo realidad la obra de nuestra santificación en el temor de
Dios. (2° Corintios 7,1)
Enseñanza Núm. 3 “Virtudes”.
30 de Abril del
2016.
Jesús
los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de las naciones actúan
como dictadores y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será
así entre ustedes. Al contrario, el de ustedes que quiera ser grande, que se
haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre
ustedes, que se haga el esclavo de todos; hagan como el Hijo del Hombre, que no
vino a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por una
muchedumbre.» (Mateo 20:25-28)
Cuando
ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en
las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se
lo digo: ellos han recibido ya su premio.
Pero
tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está
allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. (Mateo
6:6-7)
Queridos
Míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha
nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es
amor. Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su
Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. (1° Juan 4:7-9)
El
odio suscita las peleas, el amor perdona cualquier falta. (Proverbios
10:12)
Una respuesta amable calma la furia, una palabra
hiriente hace que aumente la cólera (Proverbios 15:1)
Enseñanza Núm. 4 “Las Pruebas y las Promesas de Jesús para los
que siguen Su Camino”.
7 de Mayo del 2016
Un día se verá el trabajo de cada
uno. Se hará público en el día del juicio, cuando todo sea probado por el
fuego. El fuego, pues, probará la obra de cada uno. Si lo que has construido
resiste al fuego, serás premiado. Pero si la obra se convierte en cenizas, el
obrero tendrá que pagar. Se salvará, pero no sin pasar por el fuego. (1°
Corintios 3:13-15)
Por gracia de Dios ustedes están en Cristo Jesús. Él ha pasado a ser sabiduría
nuestra venida de Dios, y nuestro mérito y santidad, y el precio de nuestra libertad.
Así está escrito: El que se gloríe, que se gloríe en el Señor. (1° Corintios
1:30-31)
«Felices ustedes los pobres, porque de
ustedes es el Reino de Dios. Felices ustedes, los que ahora tienen hambre,
porque serán saciados. Felices ustedes, los que lloran, porque reirán. Felices
ustedes, si los hombres los odian, los expulsan, los insultan y los consideran
unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre»
(Lucas 6:21-22)
Teniendo, pues, tales promesas,
queridos míos, purifiquémonos de toda mancha del cuerpo y del espíritu,
haciendo realidad la obra de nuestra santificación en el temor de Dios. (2°
Corintios 7:1)
Enseñanza Núm. 5
“Las conductas que
condenan y las que nos salvan”.
14 de Mayo del 2016
Es
fácil reconocer lo que proviene de la carne: libertad sexual, impurezas y
desvergüenzas; culto de los ídolos y magia; odios, ira y violencias; celos,
furores, ambiciones, divisiones, sectarismo y envidias; borracheras, orgías y
cosas semejantes. Les he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no
heredarán el Reino de Dios.
En
cambio, el fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los
demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo. Estas
son cosas que no condena ninguna Ley.
Los
que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus impulsos y
deseos; si ahora vivimos según el espíritu, dejémonos guiar por el Espíritu;
depongamos toda vanagloria, dejemos de querer ser más que los demás y de ser
celosos. (Gálatas 5:19-26)
Así,
pues, hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos si
somos constantes. Por consiguiente, mientras tengamos oportunidad, hagamos el
bien a todos y especialmente a los de casa, que son nuestros hermanos en la fe.
(Gálatas 6:9-10)
¿Puedo
pedirles algo en nombre de Cristo, hablarles del amor? ¿Han recibido el
Espíritu y son capaces de compasión y ternura? Entonces denme esta alegría:
pónganse de acuerdo, estén unidos en el amor, con una misma alma y un mismo
proyecto. No hagan nada por rivalidad o vanagloria. Que cada uno tenga la
humildad de creer que los otros son mejores que él mismo. (Filipenses 2:1-3)
Para
Dios, nada es imposible.» Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en
mí tal como has dicho.» Después la dejó el ángel. (Lucas 1:37-38)
Enseñanza Núm. 6 “Con
la vara que midan serán medidos. Los frutos del Espíritu en los Últimos Tiempos”.
21 de Mayo del 2016
Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio.
Entonces la recompensa de ustedes será grande, y serán hijos del Altísimo, que
es bueno con los ingratos y los pecadores. Sean compasivos como es compasivo el
Padre de ustedes. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán
condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará; se les echará en su
delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que
ustedes midan, serán medidos ustedes. (Lucas 6:35-38)
Miren que los envío como ovejas en
medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como
la paloma. (Mateo 10:16)
Comprendan en qué tiempo estamos, y que ya es hora de despertar. Nuestra
salvación está ahora más cerca que cuando llegamos a la fe. La noche va muy
avanzada y está cerca el día: dejemos, pues, las obras propias de la oscuridad
y revistámonos de una coraza de luz.
Comportémonos con decencia, como se
hace de día: nada de banquetes y borracheras, nada de prostitución y vicios,
nada de pleitos y envidias. (Romanos 13:11-13)
Escuchen lo que sucederá en los
últimos días, dice Dios: derramaré mi Espíritu sobre cualesquiera que sean los
mortales. Sus hijos e hijas profetizarán, los jóvenes tendrán visiones y los
ancianos tendrán sueños proféticos. En aquellos días derramaré mi Espíritu
sobre mis siervos y mis siervas y ellos profetizarán. Haré prodigios arriba en
el cielo y señales milagrosas abajo en la tierra. El sol se convertirá en
tinieblas y la luna en sangre antes de que llegue el Día grande del Señor. Y
todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará. (Hechos 2:17-21)
Enseñanza Núm. 7
“Inicio de la Gran Batalla”.
28 de Mayo del 2016
Si de verdad somos del linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad se
parezca a las creaciones del arte y de la fantasía humanas, ya sean de oro,
plata o piedra. Ahora precisamente, Dios quiere superar esos tiempos de
ignorancia, y pide a todos los hombres de todo el mundo un cambio total. Tiene
ya fijado un día en que juzgará a todo el mundo con justicia, valiéndose de un
hombre que ha designado, y al que todos pueden creer, pues él lo ha resucitado
de entre los muertos. (Hechos 17:29-31)
Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo,
sigue hablando y no calles, pues en esta ciudad me he reservado un pueblo
numeroso. Yo estoy contigo y nadie podrá hacerte daño.» (Hechos 17:29-31)
Cuando vayas a la guerra contra tus
enemigos y veas caballos, carros y un ejército más numeroso que el tuyo, no les
tengas miedo, porque está contigo Yahvé, tu Dios, aquel que te sacó de Egipto.
Cuando se acerque la hora del combate, se adelantará el sacerdote y dirigirá
estas palabras al pueblo: «Escucha, Israel, estás para enfrentar a tus
enemigos; que no desmaye tu corazón, no tengas miedo ni te turbes, ni tiembles
delante de ellos, porque Yahvé, tu Dios, está contigo. Él peleará en favor tuyo
contra tus enemigos y te salvará.» (Deuteronomio 20:1-4)
Ahora bien, si tú obedeces de verdad
la voz de Yahvé, tu Dios, practicando y guardando todos los mandamientos que te
prescribo hoy, Yahvé, tu Dios, te levantará por encima de todas las naciones de
la tierra. Entonces vendrán sobre ti y te alcanzarán todas las bendiciones
siguientes, por haber obedecido a la voz de Yahvé, tu Dios: Bendito serás en la
ciudad y en el campo. Bendito será el fruto de tus entrañas y el fruto de tu
tierra, las crías de tus burras, el parto de tus vacas y ovejas. Benditos tu
canasta de frutos y tu reserva de pan. Bendito serás cuando salgas y bendito
también cuando vuelvas. Yahvé hará huir ante ti a los enemigos que te ataquen;
por un camino saldrán a tu encuentro y por siete huirán de ti. Yahvé ordenará a
la bendición que esté contigo en tus graneros y en tus empresas para que seas
bendecido en la tierra que Yahvé, tu Dios, te da. (Deuteronomio 28:1-8)
Haré que haya enemistad entre ti y la
Mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú
herirás su talón.» (Génesis 3:15) Se ha marcado el inicio de la gran batalla.
Por lo demás, fortalézcanse en el
Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de
Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos
estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que
dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del
mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo
puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. Tomen la
verdad como cinturón, la justicia como coraza; tengan buen calzado, estando
listos para propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el
escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. Por
último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la
Palabra de Dios. (Efesios 6:10-17)
No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy
tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa
te he sostenido. (Isaías 41:10)
Pues bien, hijos míos, óiganme. ¡Felices los que siguen mis caminos! ¡Acepten mi enseñanza y sean
sabios, no la menosprecien! Feliz el que me escucha, que aguarda
cada día junto a mi puerta y permanece a la espera, en el umbral. Porque el que
me encuentra ha encontrado la vida, sobre él vendrán los favores de Yahvé.
(Proverbios 8:32-35)
Enseñanza Núm. 8 “La Palabra nos guía en todo momento; y cómo
pasar las Pruebas”.
4 de Junio del 2016
Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, rebatir,
corregir y guiar en el bien. Así el hombre de Dios se hace un experto y queda
preparado para todo trabajo bueno. (2° Timoteo 3:16-17)
Yahvé es bueno; para los que en él
confían, es un refugio en el día de la angustia. Conoce a los que en él
confían, y los salva de las aguas embravecidas. (Nahúm 1:7)
Nos sobrevienen pruebas de toda
clase, pero no nos desanimamos; estamos entre problemas, pero no desesperados,
somos perseguidos, pero no eliminados; derribados, pero no fuera de
combate. (2° Corintios 4:8-9)
El Señor lo hará todo por mí, Señor,
tu amor perdura para siempre, no abandones la obra de tus manos. (Salmo 138:8)
También sabemos que Dios dispone
todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes Él ha escogido y
llamado. A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser como su
Hijo y semejantes a él, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos
hermanos. Así, pues, a los que él eligió, los llamó; a los que llamó, los hizo
justos y santos; a los que hizo justos y santos, les da la Gloria. ¿Qué más
podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
(Romanos 8:28-31)
El Señor es tu guardián y tu sombra,
el Señor está a tu diestra. Durante el día el sol no te maltratará, ni la luna
de noche. Te preserva el Señor de todo mal, él guarda tu alma. Él te guarda al
salir y al regresar, ahora y para siempre. (Salmo 121:5-8)
Enseñanza Núm. 9 “Los Dones y Carismas; y El Llamado”.
11 de Junio del 2016
Ustedes no me eligieron a Mí; he sido
Yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese
fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi
Nombre. (Juan 15:16)
Se les pidió despojarse del hombre
viejo al que sus pasiones van destruyendo, pues así fue su conducta anterior, y
renovarse por el espíritu desde dentro. Revístanse, pues, del hombre nuevo, el
hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. Por eso, no
más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte
del mismo cuerpo. (Efesios 4:22-25)
Arranquen de raíz de entre ustedes
disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad. Más bien
sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios
los perdonó en Cristo. (Efesios 4:31-32)
Hermanos, no sean niños en su modo de
pensar. Sean como niños en el camino del mal, pero adultos en su modo de
pensar. (1° Corintios 14:20)
No bastará con decirme: ¡Señor!,
¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la
voluntad de mi Padre del Cielo. Aquel día muchos me dirán: ¡Señor,
Señor! Hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y
realizado muchos milagros. Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí.
¡Aléjense de mí, ustedes que hacen el mal! (Mateo 7:21-23)
Aunque hablara todas las lenguas de
los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena
o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los
misterios, el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar
montes, si me falta el amor nada soy. Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso
sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada
me sirve. El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no
aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se
deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que
se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y
lo soporta todo. El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser,
callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber
queda muy imperfecto, y nuestras profecías también son algo muy limitado; y
cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá. Cuando era niño,
hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre,
dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las
cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las veremos
cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor
de estas tres es el amor. (1° Corintios 13:1-13)
Sométanse, pues, a Dios; resistan al
diablo y huirá de ustedes; acérquense a Dios y él se acercará a ustedes.
Purifíquense las manos, pecadores; santifiquen sus corazones, indecisos.
(Santiago 4: 7-8)
En cuanto a ti, hijo, que tu fuerza
sea la gracia que tienes en Cristo Jesús. Cuanto has aprendido de mí,
confirmado por numerosos testigos, confíalo a personas que merezcan confianza y
que puedan instruir después a otros. Soporta las dificultades como un buen
soldado de Cristo Jesús. (2° Timoteo 2: 1-3)
Pónganse, pues, el vestido que
conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna,
la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. Sopórtense y perdónense
unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los
perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo. (Colosenses 3:12-13)
Si han aceptado la fe, no se dejen
arrastrar ya por sus pasiones como lo hacían antes, cuando no sabían. Si es
santo el que los llamó, también ustedes han de ser santos en toda su conducta,
según dice la Escritura: Serán santos, porque yo soy santo. (1° Pedro 1:14-16)
Enseñanza Núm. 10 “Dios corrige al que ama”.
19 de Junio del 2016
Ustedes se enfrentan con el mal, pero
todavía no han tenido que resistir hasta la sangre. Tal vez hayan olvidado la
palabra de consuelo que la sabiduría les dirige como a hijos: Hijo, no te
pongas triste porque el Señor te corrige, no te desanimes cuando te reprenda;
pues el Señor corrige al que ama y castiga al que recibe como hijo. Ustedes
sufren, pero es para su bien, y Dios los trata como a hijos: ¿a qué hijo no lo
corrige su padre? (Hebreos 12:4-7)
Miren cuántas partes tiene nuestro
cuerpo, y es uno, aunque las varias partes no desempeñan la misma función. Así
también nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo. Dependemos unos de otros y
tenemos capacidades diferentes según el don que hemos recibido. Si eres
profeta, transmite las luces que te son entregadas; si eres diácono, cumple tu
misión; si eres maestro, enseña. Si eres predicador, sé capaz de animar a los
demás; si te corresponde la asistencia, da con la mano abierta; si eres
dirigente, actúa con dedicación; si ayudas a los que sufren, muéstrate
sonriente. (Romanos 12:4-8)
¡Que no te falten ni la bondad ni la
fidelidad! Átalas a tu cuello, inscríbelas en las tablillas de tu corazón; así
conseguirás benevolencia y estima tanto de Dios como de los hombres. Confía en
el Señor con todo el corazón, y no te fíes de tu propia sabiduría. En
cualquiera cosa que hagas, tenlo presente: él aplanará tus caminos. (Proverbios
3:3-6)
Lo que les mandé, más bien, fue esto:
«Escuchen Mi voz, y Yo seré su Dios y ustedes serán Mi pueblo. Caminen por el camino
que les indiqué para que siempre les vaya bien.» (Jeremías 7:23)
Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si
tu ojo recibe la luz, toda tu persona tendrá luz; pero si tu ojo está
oscurecido, toda tu persona estará en oscuridad. Procura, pues, que la luz que
hay dentro de ti no se vuelva oscuridad. Si toda tu persona se abre a la luz y
no queda en ella ninguna parte oscura, llegará a ser radiante como bajo los
destellos de la lámpara.» (Lucas 11:34)
Procuren estar en paz con todos y
progresen en la santidad, pues sin ella nadie verá al Señor. Cuídense, no sea
que alguno de ustedes pierda la gracia de Dios y alguna raíz amarga produzca
brotes, perjudicando a muchos. (Hebreos 12:14-15)
Lleven una vida ejemplar en medio de
los que no conocen a Dios; de este modo, esos mismos que los calumnian y los
tratan de malhechores, notarán sus buenas obras y darán gloria a Dios el día en
que los visite. (1° Pedro 2.12)
Y así como la desobediencia de uno
solo hizo pecadores a muchos, así también por la obediencia de uno solo una
multitud accede a la verdadera rectitud. (Romanos 5:19)
Estén alerta, manténganse firmes en
la fe, sean hombres, sean fuertes. Háganlo todo con amor. (1° Corintios
16:13-14)
Enseñanza Núm. 11 “El
Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos”.
25 de Junio del 2016
¡Hijo mío, pon atención a mis
palabras, oye bien mis discursos! Tenlas presentes en el espíritu, guárdalas en
lo más profundo de tu corazón. Porque son vida para el que las acoge, son un
remedio para el cuerpo. (Proverbios 4:20-22)
Es el tiempo de la fe, no de la
visión. (2° Corintios 5:7)
La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que
no se pueden ver. (Hebreos 11:1)
Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo, y la victoria en que el
mundo ha sido vencido es nuestra fe. ¿Quién ha vencido al mundo, sino el que
cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1°Juan 5:4-5)
El Evangelio manifiesta cómo Dios nos
hace justos, es decir, nos reforma por medio de la fe y para la vida de fe,
como dice la Escritura: El que es justo por la fe vivirá. (Romanos 1:17)
Ustedes han sido salvados por la fe,
y lo han sido por gracia. Esto no vino de ustedes, sino que es un don de Dios;
tampoco lo merecieron por sus obras, de manera que nadie tiene por qué sentirse
orgulloso. Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con
miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos
en ellas. (Efesios 2:8-10)
Pero sin la fe es imposible
agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que
recompensa a los que lo buscan. (Hebreos 11:6)
Hermanos, si uno dice que tiene fe,
pero no viene con obras, ¿de qué le sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe? (Santiago
2:14)
Porque así como un cuerpo sin
espíritu está muerto, así también la fe que no produce obras está muerta.
(Santiago 2:26)
Los apóstoles dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe.» El Señor respondió: «Si ustedes tienen un poco de fe, no
más grande que un granito de mostaza, dirán a ese árbol: Arráncate y plántate
en el mar, y el árbol les obedecerá. (Lucas 17:5-6)
Jesús les declaró: «En verdad les
digo: si tienen tanta fe como para no vacilar, ustedes harán mucho más que
secar una higuera. Ustedes dirán a ese cerro: ¡Quítate de ahí y échate al mar!,
y así sucederá. Todo lo que pidan en la oración, con tal de que crean, lo
recibirán.» (Mateo 21:21-22)
Hermanos, considérense afortunados
cuando les toca soportar toda clase de pruebas. Esta puesta a prueba de la fe
desarrolla la capacidad de soportar, y la capacidad de soportar debe llegar a
ser perfecta, si queremos ser perfectos, completos, sin que nos falte nada.
(Santiago 1:2-4)
La fe del corazón te procura la
verdadera rectitud, y tu boca, que lo proclama, te consigue la salvación. La
Escritura ya lo dijo: El que cree en él no quedará defraudado. (Romanos
10:10-11)
Es necesario que sean constantes en
hacer la voluntad de Dios, para que consigan su promesa. Acuérdense: dentro de
poco, muy poquito tiempo, el que ha de venir llegará; no tardará. Mi justo, si
cree, vivirá; pero si desconfía, ya no lo miraré con amor. Nosotros no somos de
los que se retiran y pierden, sino que somos hombres de fe que salvan sus
almas. (Hebreos 10:36-39)
Que el Dios de toda esperanza los
colme de gozo y paz en el camino de la fe y haga crecer en ustedes la esperanza
por el poder del Espíritu Santo. (Romanos 15:13)
Enseñanza Núm. 12 “Las Promesas de Dios Padre a Sus hijos”.
“Acoge mis palabras, hijo mío, guarda mi
enseñanza, que tu oído se abra a la sabiduría, que tu corazón se doblegue a la verdad,
apela a la inteligencia y déjate guiar por la razón; busca la sabiduría como el
dinero, como un tesoro escondido: entonces penetrarás en el temor de Yahvé y
hallarás el conocimiento de Dios. (Proverbios 2:1-5)
¿Acaso no lo sabes, o no lo has oído?
Yahvé es un Dios eterno que ha creado hasta los extremos del mundo. No se cansa
ni se fatiga y su inteligencia no tiene límites. El da la fuerza al que está
cansado y robustece al que está débil. Mientras los jóvenes se cansan y se
fatigan y hasta pueden llegar a caerse, los que en Él confían recuperan
fuerzas, y les crecen alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán
sin cansarse.» (Isaías 40: 28-31)
Tema.- Conozcan las Promesas de su Padre Dios:
NUNCA FALLAR. Estando yo a punto de irme por el camino
de toda criatura, les declaro: Reconozcan en su alma y conciencia que todas las
promesas de Yahvé, nuestro Dios, se cumplieron; ni una ha quedado sin efecto;
ni una ha fallado. (Josué 23:14)
NO ROMPER SUS PROMESAS. No romperé mi alianza ni cambiaré lo que
salió de mis labios. (Salmo 89:35)
SIEMPRE PERDONAR. Pero si confesamos nuestros pecados, él,
que es fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda
maldad. (1 Juan 1:9)
DAR VIDA ETERNA. Esta es la promesa que él mismo prometió,
y que es la vida eterna. (1 Juan 2:25)
QUITAR EL TEMOR. Busqué al Señor y me dio una
respuesta y me libró de todos mis temores. (Salmo 34:5)
CUBRIR NECESIDADES. Mi Dios, a su vez, proveerá a todas sus
necesidades, según su inmensa riqueza en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19)
DAR FORTALEZA. De hecho, ustedes todavía no han sufrido
más que pruebas muy ordinarias. Pero Dios es fiel y no permitirá que sean
tentados por encima de sus fuerzas. En el momento de la tentación les dará
fuerza para superarla. (1 Corintios 10:13)
DAR PAZ. Porque yo sé muy bien lo que haré por
ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza
-palabra de Yahvé-. (Jeremías 29:11)
DAR ESPÍRITU SANTO. Si ustedes, que son malos, saben dar cosas
buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará Espíritu Santo a
los que se lo pidan!» (Lucas 11:13)
DAR SABIDURÍA. Si alguno de ustedes ve que le falta
sabiduría, que se la pida a Dios, pues da con agrado a todos sin hacerse rogar.
Él se la dará. (Santiago 1:5)
AYUDAR CON LAS CARGAS. Vengan
a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen
con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus
almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana. (Mateo
11:28-30)
CAMBIAR CORAZONES. Les daré un corazón nuevo y pondré dentro
de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les
daré un corazón de carne. Pondré dentro de ustedes mi Espíritu y haré que
caminen según mis mandamientos, que observen mis leyes y que las pongan en
práctica. (Ezequiel 36:26-27)
NADA APARTARNOS DE ÉL. ¿Quién nos separará del amor de Cristo?
¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la falta de todo,
los peligros o la espada? Como dice la Escritura: Por tu causa nos arrastran
continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas al matadero. Pero
no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó. Yo sé que
ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el
presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, ya sean del cielo o de los
abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios,
manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Romanos 8:35-39)
No duden nunca de Yahvé, pues Yahvé es la
Roca para siempre. (Isaías 26:4)
Pero el que me escucha dormirá en paz, no
tendrá que temer la desgracia. (Proverbios 1:33)
Jesús respondió: «Lo que es imposible para
los hombres es posible para Dios.» (Lucas 18:27)
Leerás continuamente el libro de esta Ley
y lo meditarás para actuar en todo según lo que dice. Así se cumplirán tus
planes y tendrás éxito en todo. Yo soy quien te manda; esfuérzate, pues, y sé
valiente. No temas ni te asustes, porque contigo está Yahvé, tu Dios, a donde
quiera que vayas.» (Josué 1:8-9)
Enseñanza Núm. 13 “La Sabiduría”.
8
de Julio, 2016
Hijos
míos, escuchen la enseñanza de un padre, estén atentos para conocer la verdad.
Les doy un saber bueno, no rechacen mi enseñanza. (Proverbios 4:1-2)
¿Así
que eres sabio y entendido? Si tu sabiduría es modesta, veremos sus frutos en
tu conducta noble. (Santiago 3:13)
Que
nadie se engañe. Si uno es sabio según el mundo y pasa por tal entre ustedes,
que se haga tonto y llegará a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es
tontería a los ojos de Dios. Ya lo dijo la Escritura: Dios atrapa a los sabios
en su propia sabiduría. Y también: El Señor conoce los argumentos de los sabios
y sabe que no valen nada. (1 Corintios 3:18-20)
Un
hijo sabio atiende los consejos de su padre, el burlón no toma en cuenta los
reproches. (Proverbios 3:1)
El que guarda los mandamientos no se
meterá en situaciones difíciles. El sabio sabe
cuál es la hora y cuáles son los criterios. Pues hay para cada cosa un tiempo y
un criterio. (Eclesiastés 8:5-6)
Porque
Yahvé da la sabiduría, de su boca salen el saber y la verdad. El viene en ayuda
de los hombres rectos, es un escudo para los que siguen siendo honrados. Está
alerta a lo largo del buen camino para proteger el caminar de sus fieles.
Entonces comprenderás lo que es justo y honrado, lo que es recto y conduce a la
felicidad. (Proverbios 2:6-10)
Pues
sus proyectos no son los míos, y mis caminos no son los mismos de ustedes, dice
Yahvé. (Isaías 55:8)
El que
desprecia la corrección se perjudica a sí mismo, el que escucha los consejos
forma su conciencia. El temor de Yahvé es la escuela de la sabiduría; antes de
la gloria es necesaria la humildad. (Proverbios 15:32-33)
En
cambio la sabiduría que viene de arriba es, ante todo, recta y pacífica, capaz
de comprender a los demás y de aceptarlos; está llena de indulgencia y produce
buenas obras, (Santiago 3:17)
Todo
esto lo ha aprendido de Yahvé de los Ejércitos, que es muy bueno para dar
consejos y que hace cosas extraordinarias. (Isaías 28:29)
Examinen,
pues, con mucho esmero su conducta. No anden como tontos, sino como hombres
responsables. Aprovechen el momento presente, porque estos tiempos son malos.
(Efesios 5:15-16)
Pórtense
con prudencia con los de afuera y aprovechen todas las oportunidades. Que su
conversación sea agradable y no le falte su granito de sal. Sepan contestar a
cada uno lo que corresponde. (Colosenses 4:5-6)
Si uno
escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al
hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. (Mateo 7:24)
Enséñanos
lo que valen nuestros días, para que adquiramos un corazón sensato. (Salmo
90:12)
Dios
de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has concedido el saber y la
inteligencia, y ahora me has manifestado lo que te habíamos pedido, y nos has
dado a conocer el asunto del rey. (Daniel 2:23)
Enseñanza
Núm. 14 “El Miedo”.
15
de Julio del 2016
No
teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al
que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. ¿Acaso un par de pajaritos no
se venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo
permita vuestro Padre. En cuanto a ustedes, hasta sus cabellos están todos
contados. ¿No valen ustedes más que muchos pajaritos? Por lo tanto no tengan
miedo. (Mateo 10:28-31)
Entonces
no vuelvan al miedo; ustedes no recibieron un espíritu de esclavos, sino el
espíritu propio de los hijos, que nos permite gritar: ¡Abba!, o sea: ¡Papá! El
Espíritu asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. (Romanos 8:15-16)
Y
nosotros hemos de responder confiados: El Señor es mi socorro, no temeré. ¿Qué
pueden hacerme los hombres? (Hebreos 13:6)
Y
¿quién podrá hacerles daño si se esfuerzan en hacer el bien? Felices ustedes si
incluso tienen que sufrir por haber actuado bien. No compartan sus temores ni
se asusten, sino bendigan en sus corazones al Señor, a Cristo; estén siempre
dispuestos para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza, (1
Pedro 3:13-15)
¿Quién
de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? Si
ustedes no tienen poder sobre cosas tan pequeñas, ¿cómo van a preocuparse por
las demás? (Lucas 12:25-26)
¡Vean
cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yahvé
es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación. (Isaías 12:2)
David
dijo además a su hijo Salomón: «¡Sé fuerte y ten buen ánimo; y manos a la obra!
No temas ni desmayes, porque Yahvé, Dios, el Dios mío, está contigo, no te
dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la
Casa de Yahvé. (1 Crónicas 28:20)
Sean
valientes y firmes, no teman ni se asusten ante ellos, porque Yahvé, tu Dios,
está contigo; no te dejará ni te abandonará.» (Deuteronomio 31:6)
¡Los
que temen al Señor, confíen en el Señor, él es su socorro y su escudo! (Salmo
115:11)
Al
Señor, en mi angustia, le clamé, y me respondió sacándome de apuros. Si el
Señor está conmigo, no temo, ¿qué podrá hacerme el hombre? (Salmo 118:5-6)
El
Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el
Señor, ¿ante quién temblaré? (Salmo 27:1)
Aunque
pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu
vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo. (Salmo 23:4)
Pero
el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios.
(Lucas 1:30)
Y
ahora, así te habla Yahvé, que te ha creado, Jacob, o que te ha formado,
Israel. No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú
eres mío. Si atraviesas el río, yo estaré contigo y no te arrastrará la
corriente. Si pasas por medio de las llamas, no te quemarás, ni siquiera te
chamuscarás. Pues yo soy Yahvé, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Para
rescatarte, entregaría a Egipto Etiopía y Saba, en lugar tuyo. Porque tú vales
mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría
pueblos, porque te amo y eres importante para mí. No temas, pues, ya que yo
estoy contigo. Del Este haré venir a tu descendencia y del Oeste te reuniré.
(Isaías 43:1-5)
Enseñanza
Núm. 15 “La Oración”.
22
de Julio del 2016
Todo lo que ha nacido de Dios vence al
mundo, y la victoria en que el mundo ha sido vencido es nuestra fe. (1 Juan
5:4)
Cuando
ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en
las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se
lo digo: ellos han recibido ya su premio. Pero tú, cuando reces, entra en tu
pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu
Padre, que ve en lo secreto, te premiará. Cuando pidan a Dios, no imiten a los
paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de
palabras hará que se los oiga. (Mateo 6:5-7)
Cerca
está el Señor de los que le invocan, de todos los que lo invocan de verdad.
(Salmo 145:18)
Reconozcan
sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que sean sanados. La
súplica del justo tiene mucho poder con tal de que sea perseverante (Santiago
5:16)
Y si
nos escucha en todo lo que le pedimos, sabemos que ya tenemos lo que le hemos
pedido. (1 Juan 5:15)
Todo
lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su
Hijo. (Juan 14:13)
Ustedes
quisieran tener y no tienen, entonces matan; tienen envidia y no consiguen,
entonces no hay más que discusiones y peleas. Pero si ustedes no tienen es
porque no piden, o si piden algo, no lo consiguen porque piden mal; y no lo
consiguen porque lo derrocharían para divertirse. (Santiago 4:2-3)
Cuando
me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé; y cuando me busquen me
encontrarán, siempre que me imploren con todo su corazón. (Jeremías 29:12-13)
Por
eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y
lo obtendrán. (Marcos 11:24)
Sean
constantes en la oración; quédense velando para dar gracias; (Colosenses 4:2)
Somos
débiles pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos cómo pedir ni qué
pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como con gemidos.
(Romanos 8:26)
Llámame
y te responderé; te mostraré cosas grandes y secretas que tú ignoras. (Jeremías
33:3)
El fin
de todas las cosas está cerca; vivan, pues, con sensatez, y dediquen sus noches
a la oración. (1 Pedro 4:7)
Antes
bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de
gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede
imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
Vivan
orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen
en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en
favor de todos los santos, sus hermanos. (Efesios 6:18)
Estén
siempre alegres, oren sin cesar y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es,
por voluntad de Dios, su vocación de cristianos. (Tesalonicenses 5:16-18)
Enseñanza
Núm. 16 “Sanación”.
13
de Agosto del 2016
Yahvé
alejará de ti toda enfermedad, no dejará caer sobre ti ninguna de las plagas de
Egipto que tú conoces. En cambio, las hará caer sobre aquellos que te odien.
(Deuteronomio 7:15)
Al
atardecer le llevaron muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malos con
una sola palabra, y sanó también a todos los enfermos. Así se cumplió lo que
había anunciado el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con
nuestras enfermedades. (Mateo 8:16-17)
El
Señor está cerca del corazón deshecho y salva a los de espíritu abatido. Aunque
el justo padezca muchos males, de todos los librará el Señor. (Salmo 34:19-20)
Ya que
a ti te llamaban La Abandonada, nuestra presa, de quien nadie se preocupa, yo
voy a devolver el vigor a tu cuerpo y voy a sanar tus llagas, dice Yahvé.
(Jeremías 30:17)
Hermanos,
deseamos que conozcan algo de lo que nos tocó padecer en Asia. Realmente fue
tan grande el peso de esa prueba que ya habíamos perdido toda esperanza de
salir con vida. Sentimos en nosotros una sentencia de muerte, pero eso fue sólo
para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los
muertos. Él nos libró de ese peligro de muerte tan grande, y nos seguirá
protegiendo. En él hemos puesto nuestra esperanza y seguirá amparándonos,
siempre que ustedes nos ayuden con sus oraciones. Si son muchos los que piden
por nosotros, serán también muchos los que darán gracias a Dios cuando nos
toque recibir. (2° Corintios 1:8-11)
Sin
embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros dolores los
que le pesaban. Nosotros lo creíamos azotado por Dios, castigado y humillado, y
eran nuestras faltas por las que era destruido, nuestros pecados, por los que
era aplastado. El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos
sido sanados. Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio
camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros. (Isaías 53:4-6)
Yahvé
ordenó a un gran pez que tragara a Jonás, y Jonás estuvo tres días y tres
noches en el vientre del pez. Entonces Jonás dirigió esta oración a Yahvé, su
Dios, desde el vientre del pez: «En mi angustia llamé a Yahvé y me respondió,
grité desde el lugar de los muertos y tú oíste mi voz… Entonces Yahvé dio orden
al pez y éste vomitó a Jonás sobre la tierra. (Jonás 2:1-3 y 11)
Les
envió a su palabra, los sanó y salvó sus vidas de la tumba. (Salmo 107:20)
Yo,
sin embargo, me apresuraré a que se restablezcan y mejoren; les devolveré la
salud y les haré gozar de mucha paz y seguridad. (Jeremías 33:6)
La
oración hecha con fe salvará al que no puede levantarse; el Señor hará que se
levante; y si ha cometido pecados, se le perdonarán. Reconozcan sus pecados
unos ante otros y recen unos por otros para que sean sanados. La súplica del
justo tiene mucho poder con tal de que sea perseverante: (Santiago 5:15-16)
Ustedes
sólo servirán a Yahvé, y yo bendeciré tu pan y tu agua, y apartaré de ti todas
las enfermedades. (Éxodo 23:25)
Enseñanza
Núm. 17 “El Corazón”.
20
de Agosto del 2016
Abre
tus oídos, escucha mis palabras, pon atención a mis enseñanzas. Te gustará
conservarlas en tu memoria y tenerlas listas en tus labios cada vez que tú
quieras. (Proverbios 22:17-18)
¿Queremos
provocar acaso los celos del Señor? ¿Seremos acaso más fuertes que él? Todo
está permitido, pero no todo me conviene. Todo está permitido, pero no todo me
hace bien. (1 Corintios 10:22-23)
No hay
árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol malo que dé frutos buenos.
Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de los espinos ni se
sacan uvas de las zarzas. Así, el hombre bueno saca cosas buenas del tesoro que
tiene en su corazón, mientras que el malo, de su fondo malo saca cosas malas.
La boca habla de lo que está lleno el corazón. (Lucas 6:43-45)
Pero
Yahvé dijo a Samuel: «No mires su apariencia ni su gran estatura, porque lo he
descartado. Pues la mirada de Dios no es la del hombre; el hombre mira las
apariencias, pero Yahvé mira el corazón. (1 Samuel 16:7)
El
mismo Dios que dijo: Brille la luz en medio de las tinieblas, es el que se hizo
luz en nuestros corazones, para que se irradie la gloria de Dios tal como
brilla en el rostro de Cristo. (2 Corintios 4:6)
El
hombre de corazón sabio acepta los consejos, mientras que el pretencioso corre
a su perdición. (Proverbios 10:8)
Cuando
me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé; y cuando me busquen me
encontrarán, siempre que me imploren con todo su corazón. (Jeremías 29:12-13)
No se
preocupen tanto por lucir peinados rebuscados, collares de oro y vestidos
lujosos, todas cosas exteriores, sino que más bien irradie de lo íntimo del
corazón la belleza que no se pierde, es decir, un espíritu suave y tranquilo.
Eso sí que es muy precioso ante Dios. (1 Pedro 3:3-4)
Las
caras no se parecen y mucho menos los corazones. (Proverbios 27:19)
Cada
uno dé según lo que decidió personalmente, y no de mala gana o a la fuerza,
pues Dios ama al que da con corazón alegre. (2 Corintios 9:7)
Crea
en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu.
(Salmo 51:12)
¡Con
todo mi corazón te he buscado, no me desvíes de tus mandamientos! En mi corazón
escondí tu palabra para no pecar contra ti. (Salmo 119:10-11)
Les encargo solamente que recuerden y practiquen el mandamiento de
la Ley que les entregó Moisés y que es amar a Yahvé, nuestro Dios, siguiendo
sus caminos y observando sus mandamientos. Permanezcan fieles, sirviéndolo con
todo el corazón y con toda el alma. (Josué 22:5)
Enseñanza
Núm. 18 “La Perseverancia
y Oración para pedirla”.
27
de Agosto del 2016
Feliz
el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado,
recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman. (Santiago
1:12)
Por
eso, pongan el máximo empeño en incrementar su fe con la firmeza, la firmeza
con el conocimiento, el conocimiento con el dominio de los instintos, el
dominio de los instintos con la constancia, la constancia con la piedad… (2
Pedro 1:5-6)
Por
eso, tampoco nosotros hemos cesado de rezar por ustedes desde el día en que
recibimos esas noticias, y pedimos a Dios que alcancen el pleno conocimiento de
su voluntad, mediante dones de sabiduría y entendimiento espiritual.
(Colosenses 1:9)
Tengan
esperanza y sean alegres. Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar.
(Romanos 12:12)
Toma
como norma la sana doctrina que has oído de mí sobre la fe y el amor según
Cristo Jesús. Conserva el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que
habita en nosotros. (2 Timoteo 1:13-14)
Es
necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que consigan
su promesa. (Hebreos 10:36)
Innumerables
son estos testigos, y nos envuelven como una nube. Depongamos, pues, toda carga
inútil, y en especial las amarras del pecado, para correr hasta el final la
prueba que nos espera. Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta
competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la
felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación y ahora está
sentado a la derecha del trono de Dios. (Hebreos 12:1-2)
Si
sufrimos pacientemente con él, también reinaremos con él. Si lo negamos, también
él nos negará. (2 Timoteo 2:12)
No,
hermanos, yo no me creo todavía calificado, pero para mí ahora sólo vale lo que
está adelante, y olvidando lo que dejé atrás, corro hacia la meta, con los ojos
puestos en el premio de la vocación celestial, quiero decir, de la llamada de
Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14)
Pelea
el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y
por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos
testigos. (1 Timoteo 6:12)
Los
que me comen tendrán todavía hambre, y los que me beben tendrán aún sed. El que
me escucha no se arrepentirá, los que me cultivan no pecarán.
(Eclesiástico24:21-22)
¡Brille
mi doctrina como la aurora y extienda su luz a lo lejos! Propáguense mis
lecciones como palabras proféticas: porque quiero dejarlas a las futuras
generaciones. (Eclesiástico24:32-34)
Pidan Hijitos Míos –dice la Virgen del
Apocalipsis-, pidan este bello Don de la Perseverancia, pueden usar esta
ORACIÓN:
¡Oh
Dios mío, con humildad acudo a ti, para pedirte me des la gracia de vivir
santamente todos los días de mi vida.
Te
ruego y te suplico me concedas el Don de la Perseverancia y de la Paciencia; la
Gracia, el Valor y la Sabiduría para que pueda emplear conforme a Tu Voluntad
los Dones que Tú me has dado.
Te lo
pido por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo y de su Santísima Madre la
Virgen María. Así sea!
Enseñanza Núm. 19 “La Gratitud”.
3 de Septiembre del 2016
Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no
hay por qué rechazar un alimento que se toma dando gracias a Dios; es santificado por la palabra de Dios
y la oración. (1 Timoteo 4:4-5)
Gritos de gozo y de alegría, canción del novio
y de la novia, voz de los que traigan sacrificios de alabanza a la Casa de
Yahvé. Y dirán éstos: «Alaben a Yahvé porque es bueno, porque es eterno su
amor.» Pues haré volver a los que fueron desterrados, y estarán como antes.
(Jeremías 33,11)
En resumen: por mi conciencia me someto a la
Ley de Dios, mientras que por la carne sirvo a la ley del pecado. (Romanos
7,25)
Dios es el Refugio
del oprimido. (Salmo 9,1)
El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón
confiaba en él, y me socorrió; por eso mi corazón se alegra y le canto
agradecido. (Salmo 28,7)
Y nosotros, tu pueblo, el rebaño de tu redil,
te daremos gracias para siempre; de edad en edad diremos tu alabanza. (Salmo
79,13)
¡Aleluya! Den gracias al Señor porque él es
bueno, porque su amor perdura para siempre. (Salmo 106,1)
Alaben al Señor porque es bueno. Porque es
eterna su misericordia. (1ª Crónicas 16,34)
Den gracias a Dios Padre en nombre de Cristo
Jesús, nuestro Señor, siempre y por todas las cosas. (Efesios
5,20)
Y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es,
por voluntad de Dios, su vocación de cristianos. (1ª Tesalonicenses
5,18)
Debemos dar gracias a Dios en todo tiempo por
ustedes, hermanos. Es justo hacerlo, ya que siguen progresando en la fe y crece
el amor de cada uno a los hermanos. (2ª Tesalonicenses 1,3)
Sean constantes en la oración, quédense velando
para dar gracias. (Colosenses 4,2)
Así la paz de Cristo reinará en sus
corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean
agradecidos. Que la palabra de Cristo habite y se sienta a gusto en ustedes.
Tengan sabiduría para que puedan enseñar y aconsejar unos a otros; canten a
Dios de todo corazón y con gratitud salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Y
todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de él. (Colosenses 3,15-17)
Enseñanza
Núm. 20 “La Protección de Dios”.
10
de Septiembre del 2016
El pacto que contraigo con ustedes es que, en
adelante, ningún ser viviente morirá por las aguas de un diluvio, ni habrá
nunca más diluvio que destruya la tierra.» (Génesis 9,11)
Contigo
acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla. (Salmo 18,30)
¿Qué
más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Romanos 8,31)
Las
palabras de Dios pasan cualquier prueba, son un escudo para los que confían en
él. (Proverbios
30,5)
Yahvé
es bueno; para los que en él confían, es un refugio en el día de la
angustia. Conoce a los que en él confían, y los salva de las aguas
embravecidas. (Nahúm
1,7)
El malo morirá por su maldad y los que odian al justo, lo
tendrán que pagar. (Salmo 34,22)
Ningún arma que hayan forjado contra ti
resultará, y harás callar a cualquiera que te acuse. Este es el premio para los
servidores de Yahvé y la victoria que les garantizo, dice Yahvé. (Isaías 54,17)
El
Señor es fiel: a ustedes los fortalecerá y preservará del Maligno. (2ª
Tesalonicenses 3,3)
Él es mi roca, en él me refugio. Es mi escudo, mi
salvación, mi ciudadela y mi refugio: mi salvador me salva de la violencia.
Invoco a Yahvé que es digno de
confianza y me veo libre de mis enemigos. (2a Samuel 22,3-4)
No
corran tras el dinero, sino más bien confórmense con lo que tienen, pues Dios
ha dicho: Nunca te dejaré ni
te abandonaré. (1ª
Juan 5,18)
¡Yahvé,
mi fortaleza!, a él le cantaré, él fue mi salvación, él es mi Dios y lo alabaré, el Dios de mi padre, lo ensalzaré. (Éxodo 15,2) Dile
al Señor: «Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi
confianza».
Él te librará del lazo del
cazador y del azote de la desgracia; te
cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un
refugio. No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las
tinieblas, ni la plaga que azota
a pleno sol. (Salmo
91, 2-6)
No te
pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del Maligno. (Juan 17,15)
Yo
estoy contigo; te protegeré a dondequiera que vayas y te haré volver a esta
tierra, pues no te abandonaré hasta que no haya cumplido todo lo que te he
dicho.» (Génesis 28,15)
Enseñanza Núm. 21 “La Paz”.
17 de Septiembre
del 2016
Felices
los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios. (Mateo 5,9)
Tú
la guardas en paz porque confía en ti. (Isaías 26,3)
Les
he hablado de estas cosas para que tengan paz en mí. Ustedes encontrarán la
persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo.» (Juan 16,33)
Aléjese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras
ella. (1ª Pedro 3,11)
Pero
nadie ha sido capaz de dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener,
un derrame de veneno mortal. (Santiago 3,8)
Así
la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y
reunidos. Finalmente, sean agradecidos. (Colosenses 3,15)
Mantengan
entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. (Efesios 4,3)
Ninguna
corrección nos alegra en el momento, más bien duele; pero con el tiempo, si nos
dejamos instruir, traerá frutos de paz y de santidad. Procuren estar en paz con
todos y progresen en la santidad, pues sin ella nadie verá al Señor. (Hebreos 12,11 y
14)
Les
dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el
mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo. (Juan 14,27)
“¡Yahvé te bendiga y te
guarde! ¡Yahvé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos
ojos! ¡Yahvé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz!” (Números 6,24-26)
Enseñanza Núm. 22
“La Esperanza”.
24 de Septiembre
del 2016
Mis adversarios me insultan y se me quiebran los huesos al oír que a cada rato me
dicen: «¿Dónde quedó tu Dios?» (Salmo 42,11)
Y ¿quién podrá
hacerles daño si se esfuerzan en hacer el bien? Felices ustedes si incluso tienen que
sufrir por haber actuado bien. No
teman lo que ellos temen ni se asusten, sino bendigan en sus corazones al Señor, a Cristo; estén siempre dispuestos
para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza, pero háganlo con sencillez y
deferencia, sabiendo que tienen la conciencia limpia. De este modo, si alguien
los acusa, la vergüenza será para aquellos que calumnian la vida recta de los
cristianos. (1ª Pedro 3,13-16)
¡Yahvé, tu Dios, está en medio de
ti el héroe que te salva! El saltará de gozo al verte a
ti y te renovará su amor. Por ti danzará y lanzará gritos de
alegría como lo haces tú en el día de la Fiesta.» (Sofonías 3,17)
Te preserva el Señor de todo
mal, él guarda tu alma. Él te guarda al salir y al regresar, ahora y para siempre. (Salmo 121,7-8)
Sigamos
profesando nuestra esperanza sin que nada nos pueda conmover, ya que es digno
de confianza aquel que se comprometió. (Hebreos 10,23)
Amen
al Señor todos sus fieles, pues él guarda a los que le son leales, pero les
devolverá el doble a los soberbios. (Salmo 31,24)
Recuerden
la Escritura: Ni ojo vio, ni
oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para
los que lo aman. (1ª Corintios 2,9)
Cada
uno podrá permanecer sentado bajo su parrón o su higuera sin que nadie lo
moleste; pues así lo dice el Señor. (Miqueas 4,4)
Incluso no nos
acobardamos en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y
que la madurez aviva la esperanza, la
cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él
el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones. (Romanos
5,3-5)
Amados,
a pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que
seremos; pero sabemos que cuando él aparezca en su gloria, seremos semejantes a
él, porque lo veremos tal como es. (1 Juan 3,2)
Por lo tanto,
hermanos, esfuércense por confirmar el llamado de Dios que los ha elegido. Si
obran así, no decaerán, y se les
facilitará generosamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y
Salvador, Cristo Jesús. (2ª Pedro 1,10-11)
Enseñanza Núm. 23 “La Humildad”.
15 de Octubre del 2016
Sean humildes y amables, sean comprensivos y
sopórtense unos a otros con amor. (Efesios 4,2)
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de
Dios, para que, llegado el momento, él los levante.
(1ª Pedro 5,6)
No hagan nada por rivalidad o vanagloria. Que
cada uno tenga la humildad de creer que los otros son mejores que él mismo.
(Filipenses 2,3)
Hoy la arrogancia, mañana la vergüenza: la
sabiduría vive con los modestos. (Proverbios 11,2)
Vivan en armonía unos con otros. No busquen
grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios.
(Romanos 12,16)
Humíllense ante el Señor y él los ensalzará.
(Santiago 4,10)
Pónganse, pues, el vestido que conviene a los
elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la
humildad, la mansedumbre, la paciencia. (Colosenses 3,12)
Y mi pueblo,
sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, rezando y buscando mi rostro,
y se vuelven de sus malos caminos, yo entonces los oiré desde los cielos,
perdonaré su pecado y sanaré su tierra. (2ª Crónicas 7,14)
Finalmente, tengan todos un mismo sentir,
compartan las preocupaciones de los demás con amor fraterno, sean compasivos y
humildes. (1ª Pedro 3,8)
Busquen a Yahvé todos ustedes, los humildes del
país, que cumplen sus mandatos, practiquen la justicia y sean humildes y así,
tal vez, encontrarán refugio el día del furor de Yahvé.
(Sofonías 2,3)
Enseñanza Núm. 24 “Cómo vencer al mal”.
6 de Noviembre del 2016
No te dejes vencer por el mal, más bien derrota
al mal con el bien. (Romanos 12,21)
(Aborrecer el mal es temer a Yahvé.) Aborrezco
el orgullo y la arrogancia, los caminos que conducen al mal y a la
hipocresía.
(Proverbios 8,13)
Hermanos, les ruego que tengan cuidado con esa
gente que va provocando divisiones y dificultades, saliéndose de la doctrina
que han aprendido. Aléjense de ellos. (Romanos 16,17)
Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les
dure hasta la puesta del sol, pues
de otra manera se daría lugar al demonio. (Efesios 4,26-27)
Cuiden que nadie devuelva a otro mal por mal,
sino constantemente procuren el bien entre ustedes y con los demás. Eviten toda clase de mal, dondequiera lo
encuentren. (1ª Tesalonicenses 5,15 y 22)
No te creas el más sabio: ten el temor de Yahvé y
mantente alejado del mal. Eso
será un remedio para tu cuerpo, y refrescará tus huesos.
(Proverbios 3, 7-8)
Amados del Señor, odien el mal, pues él cuida
las almas de sus fieles y los libra de manos de malvados.
(Salmo 97,10)
¡Lávense, purifíquense! no me
hagan el testigo de sus malas acciones, (Isaías 1,16)
Lleven con ustedes todas las armas de Dios para
que puedan resistir las maniobras del diablo. (Efesios 6,11)
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