LOS SANTOS HABLAN

“Quien medite de corazón cada uno de estos Mensajes, obtendrá Gracias especiales para su vida espiritual. Si es pecador, se convertirá; si es imperfecto, se volverá perfecto; si es santo se hará más santo; si es tentado triunfará; si sufre, podrá encontrar en estas meditaciones, la fuerza, la medicina, el consuelo; y si su alma es débil y pobre, hallará un alimento espiritual y un espejo en el que mirándose continuamente, se embellecerá y se hará semejante a Jesús, nuestro modelo. AMEN, AMEN, AMEN.

martes, 19 de julio de 2016

¡El Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos. Lo que ha nacido de Dios vence al mundo! Enseñanza Núm.11

¡El Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos. Lo que ha nacido de Dios vence al mundo!
Enseñanza Núm.11
El Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos. ¡Pon atención a Mis palabras, oye bien mis discursos! La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver. La fe que no produce obras está muerta. Lo que ha nacido de Dios vence al mundo.

Enseñanza Núm.11
25 DE JUNIO DE 2016 

¡Hijo mío, pon atención a mis palabras, oye bien mis discursos! Tenlas presentes en el espíritu, guárdalas en lo más profundo de tu corazón. Porque son vida para el que las acoge, son un remedio para el cuerpo. (Proverbios 4:20-22)

Es el tiempo de la fe, no de la visión. (2° Corintios 5:7)

La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver. (Hebreos 11:1)

Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo, y la victoria en que el mundo ha sido vencido es nuestra fe. ¿Quién ha vencido al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1°Juan 5:4-5)

El Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos, es decir, nos reforma por medio de la fe y para la vida de fe, como dice la Escritura: El que es justo por la fe vivirá. (Romanos 1:17)

Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. Esto no vino de ustedes, sino que es un don de Dios; tampoco lo merecieron por sus obras, de manera que nadie tiene por qué sentirse orgulloso. Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos en ellas. (Efesios 2:8-10)

Pero sin la fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan. (Hebreos 11:6)

Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de qué le sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe? (Santiago 2:14)

Porque así como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe que no produce obras está muerta. (Santiago 2:26)

Los apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe.» El Señor respondió: «Si ustedes tienen un poco de fe, no más grande que un granito de mostaza, dirán a ese árbol: Arráncate y plántate en el mar, y el árbol les obedecerá. (Lucas 17:5-6)

Jesús les declaró: «En verdad les digo: si tienen tanta fe como para no vacilar, ustedes harán mucho más que secar una higuera. Ustedes dirán a ese cerro: ¡Quítate de ahí y échate al mar!, y así sucederá. Todo lo que pidan en la oración, con tal de que crean, lo recibirán.» (Mateo 21:21-22)

Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas. Esta puesta a prueba de la fe desarrolla la capacidad de soportar, y la capacidad de soportar debe llegar a ser perfecta, si queremos ser perfectos, completos, sin que nos falte nada. (Santiago 1:2-4)

La fe del corazón te procura la verdadera rectitud, y tu boca, que lo proclama, te consigue la salvación. La Escritura ya lo dijo: El que cree en él no quedará defraudado. (Romanos 10:10-11)

Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que consigan su promesa. Acuérdense: dentro de poco, muy poquito tiempo, el que ha de venir llegará; no tardará. Mi justo, si cree, vivirá; pero si desconfía, ya no lo miraré con amor. Nosotros no somos de los que se retiran y pierden, sino que somos hombres de fe que salvan sus almas. (Hebreos 10:36-39)

Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la fe y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del Espíritu Santo. (Romanos 15:13)