Evangelización para los Últimos Tiempos
Enseñanza Núm. 17
Tema: EL CORAZÓN.
Abre tus oídos, escucha mis palabras, pon
atención a mis enseñanzas. Te gustará conservarlas en tu memoria y tenerlas
listas en tus labios cada vez que tú quieras. (Proverbios 22:17-18)
¿Queremos provocar acaso los celos del
Señor? ¿Seremos acaso más fuertes que él? Todo está permitido, pero no todo me
conviene. Todo está permitido, pero no todo me hace bien. (1 Corintios
10:22-23)
No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni
tampoco árbol malo que dé frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos.
No se recogen higos de los espinos ni se sacan uvas de las zarzas. Así, el
hombre bueno saca cosas buenas del tesoro que tiene en su corazón, mientras que
el malo, de su fondo malo saca cosas malas. La boca habla de lo que está lleno
el corazón. (Lucas 6:43-45)
Pero Yavé dijo a Samuel: «No mires su
apariencia ni su gran estatura, porque lo he descartado. Pues la mirada de Dios
no es la del hombre; el hombre mira las apariencias, pero Yavé mira el corazón.
(1 Samuel 16:7)
El mismo Dios que dijo: Brille la luz en
medio de las tinieblas, es el que se hizo luz en nuestros corazones, para que
se irradie la gloria de Dios tal como brilla en el rostro de Cristo. (2
Corintios 4:6)
El hombre de corazón sabio acepta los
consejos, mientras que el pretencioso corre a su perdición. (Proverbios 10:8)
Cuando me invoquen y vengan a suplicarme,
yo los escucharé; y cuando me busquen me encontrarán, siempre que me imploren
con todo su corazón. (Jeremías 29:12-13)
No se preocupen tanto por lucir peinados
rebuscados, collares de oro y vestidos lujosos, todas cosas exteriores, sino
que más bien irradie de lo íntimo del corazón la belleza que no se pierde, es
decir, un espíritu suave y tranquilo. Eso sí que es muy precioso ante Dios. (1
Pedro 3:3-4)
Las caras no se parecen y mucho menos los
corazones. (Proverbios 27:19)
Cada uno dé según lo que decidió
personalmente, y no de mala gana o a la fuerza, pues Dios ama al que da con
corazón alegre. (2 Corintios 9:7)
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un firme espíritu. (Salmo 51:12)
¡Con todo mi corazón te he buscado, no me
desvíes de tus mandamientos! En mi corazón escondí tu palabra para no pecar
contra ti. (Salmo 119:10-11)
Les encargo solamente que recuerden y
practiquen el mandamiento de la Ley que les entregó Moisés y que es amar a
Yavé, nuestro Dios, siguiendo sus caminos y observando Sus Mandamientos.
Permanezcan fieles, sirviéndolo con todo el corazón y con toda el alma. (Josué
22:5)
Mensaje de la Virgen
del Apocalipsis al término de la velada, dado al Cenáculo de Oración de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, entre el 20 y 21 -Media noche- de Agosto del 2016.
Esta noche nuevamente nos reunimos en el
Huerto de los Olivos en compañía de Mi Hijo Jesús para hacer oración junto con
ÉL.
Mis pequeños, en esta velada queremos
hablarles sobre el corazón de los hombres: nada revela más de los corazones que
las palabras que nacen y salen de él mismo. Por eso es muy necesario que
aprendan y guarden en el interior de sus corazones la Palabra del Padre Eterno,
revelada y escrita en la Santa Biblia, para que de esta manera todos ustedes
puedan usarla cuando se enfrenten a pruebas y tentaciones, animarse,
fortalecerse y vencer al mal. Los versículos que les damos esta noche son muy
claros y precisos para hablar sobre el corazón de los hombres, lugar donde se
puede guardar el tesoro más valioso que es Dios mismo...
Hagan de su corazón un verdadero
templo de LA SANTÍSIMA TRINIDAD, guardando la palabra de Dios y sus enseñanzas,
para que vivan y den testimonio de los que dice el Señor: “el hombre bueno saca
cosas buenas del tesoro que tiene en su corazón, mientras que el malo, de su
fondo malo saca cosas malas. La boca habla de lo que está lleno el corazón.”
Así pues, pídanos que su corazón esté siempre lleno de cosas buenas, para que
las reflejen a sus semejantes y den testimonio de la infinita bondad del Padre
Eterno, de la misericordia de Jesucristo, de la sabiduría del Espíritu Santo y
de Mi amor de Madre.
Los bendigo y protejo a todos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.Mensaje Certificado por el M.I.D.P. Núm. E/20/08/16-C.O.