¡EXTRA
EXTRA URGENTE!
Parte II
Exégesis de la Virgen
María de los Caps. 12 al 21 del
Apocalipsis enseñada
al P. Stefano Gobbi, del
Movimiento Sacerdotal
Mariano.
(Vigente al 2017)
Vídeos
Impactantes
DONGO (COMO), 8 DE SEPTIEMBRE DE 1989.
Natividad de la Bienaventurada Virgen María
Mitreya, el Devastador Anticristo y su tabla de
las religiones para formar con el Ecumenismo su iglesia universal sin Dios ni
Eucaristía.
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El Microchip o Marca de la Bestia "666"
del Devastador Anticristo Maitreya.
Maqueta del templo
del Anticristo Maitreya que le edifican el Antipapa "Francisco" y sus "jesuitas".
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La gigantesca computadora, "la Bestia", está en
Bruselas, Bélgica, y almacenará toda la información de la Humanidad
captada por los Microchips o Marca de la Bestia 666 desde donde la manipularán
como robots.
La marca en la frente y en la mano (Ap. 13, 16-18)
“Hoy es la fiesta del nacimiento de
vuestra Madre Celeste, hijos míos predilectos consagrados a mi Corazón
Inmaculado.
Vividla en la
alegría y en la paz, en el silencio y en la oración, en la confianza y en el
filial abandono.
Vosotros sois los
pequeños niños de vuestra Madre Niña.
Sois parte de mi
progenie y pieza clave de mi designio victorioso.
Formáis una corona
preciosa de pureza, de amor y de humildad en torno a la cuna en la que Yo estoy
recostada.
Dejaos nutrir y
formar por Mí; dejaos conducir con docilidad por Mí; dejaos marcar por Mí con
mi sello maternal.
Éstos son los
tiempos en que los seguidores de aquél que se opone a Cristo son sellados con
la marca en la frente y sobre la mano. (Ap. 13, 18)
–La marca en la
frente y en la mano es expresión de una total dependencia de quien es marcado
por este signo. (Ap.13, 16-18)
El signo significa
a aquél que es enemigo de Cristo, es decir, el Anticristo, y su marca cuando es
impresa significa la completa pertenencia de la persona signada al ejército de
aquél que se opone a Cristo y lucha contra su Divino y Real Dominio.
La marca es impresa
en la frente y en la mano.
–La frente
indica la inteligencia, porque la mente es la sede de la razón humana.
–La mano expresa
la actividad humana, porque es con sus manos que el hombre actúa y trabaja.
Por lo tanto, es la
persona la que es marcada con el sello del Anticristo en su inteligencia y en
su voluntad.
Quien permite ser
señalado con “la marca en la frente” es conducido a acoger la doctrina de la
negación de Dios, del rechazo de su Ley, del ateísmo, que en estos tiempos, es
cada vez más difundido y propagado.
Y así, es impulsado
a seguir las ideologías hoy de moda y a hacerse propagador de todos los errores.
Quien permite ser
señalado con la marca en la mano es obligado a actuar de una manera autónoma e
independiente de Dios, ordenando la propia actividad a la búsqueda de bienes
solamente materiales y terrenos.
De ese modo sustrae
su acción al designio del Padre, que quiere iluminarla y sostenerla con su
Divina Providencia; al amor del Hijo, que hace de la fatiga humana un medio
precioso para su misma redención y santificación; al poder del Espíritu Santo
que actúa por doquier para renovar interiormente a cada criatura.
–Quien es marcado
en la mano trabaja sólo para sí mismo, para acumular bienes materiales; hace
del dinero su dios y acaba siendo víctima del materialismo.
–Quien es marcado
en la mano obra solo para la satisfacción de los propios sentidos, para buscar
el bienestar y el placer, para dar plena satisfacción a todas sus pasiones,
especialmente a la de la impureza, y se hace víctima del hedonismo.
–Quien es señalado
con la marca en la mano hace de su propio yo el centro de todo su obrar, mira a
los demás como objetos para usar y explotar para provecho propio y se hace
víctima del egoísmo desenfrenado y de la falta de amor.
Si
mi Adversario marca con su sello a todos sus secuaces, ha llegado el tiempo en
que también Yo, vuestra Celeste Capitana, marco con mi sello
maternal a todos aquellos que se han consagrado a mi Corazón Inmaculado y
forman parte de mi ejército.
Imprimo
en vuestra frente mi sello son el Signo Santísimo de la Cruz de mi Hijo Jesús.
Así abro la
inteligencia humana para acoger su Divina Palabra, amarla, vivirla; os conduzco
a confiaros completamente a Jesús que os la ha revelado, y os transformo hoy en
valientes testimonios de fe.
A los signados en
la frente con la marca blasfema, Yo contrapongo a mis hijos, signados con la Cruz
de Jesucristo.
Después ordeno toda
vuestra actividad a la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad.
Por
eso imprimo en vuestra mano mi sello que es el signo del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
Con el signo del
Padre, vuestra actividad humana es ordenada a una perfecta cooperación al
designio de su Divina Providencia, que también hoy sigue disponiendo todas las
cosas para vuestro bien.
Con el signo del
Hijo, cada una de vuestras acciones es injertada profundamente en el
misterio de su Divina Redención.
Con el signo del
Espíritu Santo, todo vuestro obrar se abre a su poderosa fuerza de santificación, que
sopla por todas partes como un fuego potente, para renovar desde los
fundamentos a todo el mundo.
Hijos míos
predilectos, dejaos marcar todos, en la frente y en la mano con mi sello
maternal en este día en el que, recogidos con amor en torno a mi cuna,
celebráis la fiesta del Nacimiento terreno de vuestra Madre Celestial.”
FÁTIMA (PORTUGAL),
15 DE SEPTIEMBRE DE 1989.
Fiesta de la Virgen
Dolorosa
Grande
es mi dolor
“Participad, hijos predilectos de mi
dolor.
Soy vuestra Madre Dolorosa.
Mi Corazón
Inmaculado es traspasado por numerosas y dolorosas espinas.
El dominio de mi
Adversario se ha hecho cada día mayor y su poder se expande en los corazones y
en las almas.
Ya ha descendido sobre
el mundo una densa tiniebla.
Es la tiniebla del
rechazo obstinado de Dios.
Es la tiniebla del
pecado cometido, justificado y ya no confesado.
Es la tiniebla de
la lujuria y de la impureza.
Es la tiniebla del
egoísmo desenfrenado y del odio, de la división y de la guerra.
Es la tiniebla de
la pérdida de la fe y de la apostasía.
En el Cáliz de mi
Corazón Inmaculado Yo recojo, también hoy, todo el dolor de mi Hijo Jesús, que
revive místicamente las horas sangrientas de su agonía.
Nuevo Getsemaní es
para Jesús ver hoy su Iglesia tan violada y desierta, donde la mayor parte de
los Pastores duerme en la indiferencia y en la tibieza, mientras otros repiten
el gesto de Judas y le traicionan por sed de poder y de dinero.
Cardenal masón John O'Connor, hijo de
padres judíos, hace seña masónica, con sus hermanos de logia en el
exterior del Templo de San Patricio, Nueva York, a 500 mts. del centro
Illuminati.
Exulta el Dragón
frente a la vastedad de su conquista, con la ayuda de la bestia negra y de la
bestia semejante a un cordero, en estos vuestros días, en los que el diablo se
ha desencadenado contra vosotros, sabiendo que le queda poco tiempo.
La bestia negra vestida de masón, es el demonio Baphomet o Pan, predador
sexual cuya imagen está en la base de la Mitra de coronación pontificia de
Benedicto XVI, razón por la que prevalecieron miles de crímenes clericales y
jerárquicos de pederastia en su pontificado.
Por esto han
llegado también los días de mi gran dolor.
–Grande es mi
dolor al ver a mi Hijo Jesús que sigue vilipendiado y flagelado en su Palabra,
rechazada por orgullo y desgarrada por interpretaciones humanas y racionalistas.
–Grande es mi
dolor al contemplar a Jesús, realmente presente en la Eucaristía, cada vez más
olvidado, abandonado, ofendido y pisoteado.
–Grande es mi
dolor al ver a mi Iglesia dividida, traicionada, despojada y crucificada.
–Grande es mi
dolor al ver a mi Papa -Juan Pablo II- que sucumbe bajo el peso de una Cruz
pesadísima, mientras se ve circundado por la completa indiferencia de
parte de Obispos, Sacerdotes y Fieles. (La Exégesis fue dada en
tiempos del Papa Juan Pablo II y está VIGENTE al 2017).
–Grande es mi
dolor por un número en constante crecimiento de mis pobres hijos que recorren
el camino del mal y del pecado, del vicio y de la impureza, del egoísmo y del
odio, con el gran peligro de perderse eternamente en el infierno.
Entonces
hoy, os pido a vosotros, hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, todo lo que
en este mismo lugar, en mayo de 1917, he pedido a mis tres pequeños niños
Lucía, Jacinta y Francisco, a quienes me aparecí.
Lucía
dos Santos, Francisco y Jacinta Marto.
La
verdadera Lucía a la izquierda (sin lentes) conserva sus facciones desde niña;
a la derecha la falsa Lucía con lentes, ésta es la que le presentaron los
cardenales Joseph Ratzinger (luego Benedicto XVI) y Tarcisio Bertone (luego
Secretario de Estado) cuando bloqueaban y distorsionaban el verdadero Tercer
Secreto de Fátima: "Satanás se infiltrará en
el seno de la Iglesia; llegará hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía en el
Vaticano; y hasta la Silla de Pedro"; que confirmó años más tarde el Papa
Paulo VI http://concilioecumenicovaticanoii.blogspot.mx
–¿Queréis también
vosotros ofreceros como víctimas al Señor, sobre el altar de mi Corazón
Inmaculado, por la salvación de todos mis pobres hijos pecadores?
Si acogéis esta mi
invitación, deberéis hacer cuanto ahora os pido.
Orad cada vez más,
especialmente con el Santo Rosario.
Practicad
con frecuencia horas de adoración y reparación Eucarística.
Acoged
con amor todos los sufrimientos que el Señor os mande.
Difundid
sin miedo los mensajes que Yo os doy, como Celestial profetisa de estos
vuestros últimos tiempos.
¡Si supierais el
castigo que os espera, si seguís cerrando las puertas de vuestros corazones a
la voz angustiada de vuestra Madre Celeste!
Ya que el Corazón
Divino de mi Hijo Jesús ha confiado a mi Corazón Inmaculado la última y extrema
tentativa de conduciros a todos a la salvación.”
DONGO (COMO), 13 DE
OCTUBRE DE 1989.
Aniversario de la
última aparición de Fátima
El Ángel del primer
flagelo (Ap. 16, 2 ss.)
“Recordad hoy, mi última aparición
ocurrida en Fátima el 13 de octubre de 1917, confirmada por el milagro del sol.
Mirad cada vez más
a la Mujer vestida del Sol, que tiene la misión de preparar a la Iglesia y a
la humanidad para la venida del Gran día del Señor.
La Mujer vestida del Sol, Virgen de Guadalupe o del Apocalipsis,
venciendo sobre Leviatán, el Dragón de 7 cabezas. (Ap. 12, 1ss)
Los
tiempos de la batalla decisiva han llegado.
Ha descendido sobre
el mundo la hora de la gran tribulación, porque los
Ángeles del Señor son enviados, con sus flagelos, para castigar la tierra. (Ap.
15 y 16)
Cuántas veces os he
invitado a andar por el camino de la mortificación de los sentidos, del dominio
de las pasiones, de la modestia, del buen ejemplo, de la pureza y de la
santidad.
Pero
la humanidad no ha acogido mi invitación y ha seguido desobedeciendo el sexto
mandamiento de la Ley del Señor que prescribe no cometer actos impuros.
Al
contrario, se ha querido exaltar tales transgresiones y proponerlas como la
conquista de un valor humano y un modo nuevo de ejercitar la propia libertad
personal.
De
ese modo hoy se ha llegado a legitimar como buenos todos los pecados de
impureza.
Se ha
comenzado por corromper la conciencia de los niños y de los jóvenes,
llevándolos a la convicción de que los actos impuros cometidos solos ya no son
pecado; que las relaciones prematrimoniales en el noviazgo son lícitas y
buenas; que las familias pueden comportarse libremente y recurrir también a los
medios para impedir los nacimientos.
Se ha
llegado hasta la justificación y la exaltación de los actos impuros contra
natura, incluso a proponer leyes que equiparan a la familia la convivencia de
homosexuales.
Nunca
como hoy, la inmoralidad, la impureza, y la obscenidad son continuamente
propagadas a través de la prensa y de todos los medios de comunicación social.
Sobre
todo la televisión se ha convertido en el perverso instrumento de un diario
bombardeo de imágenes obscenas, dirigidas a corromper la pureza de la mente y
del corazón de todos.
Los
locales de diversión, en particular el cine y las discotecas, se han vuelto
lugares de pública profanación de la propia dignidad humana y cristiana.
Es el
tiempo en el que el Señor nuestro Dios es continua y públicamente ofendido con
los pecados de la carne.
Ya la
Sagrada Escritura os ha advertido que quien peca por medio de la carne,
en la misma carne encuentra su justo castigo.
Y así, ha llegado
el tiempo en el que el Ángel del primer flagelo pasa por el mundo,
para que sea castigado según el querer de Dios. (Ap. 16, 2)
–El
Ángel del primer flagelo inflige en la carne de aquellos que se han dejado
signar con la marca del monstruo en la frente y en la mano y han adorado su
imagen, una llaga dolorosa y maligna, que hace gritar de desesperación a
aquellos que han sido afectados por ella. (Ap. 16, 2)
Esta llaga
representa los dolores físicos que hieren el cuerpo a causa de enfermedades
graves e incurables.
La llaga dolorosa y
maligna es un flagelo para toda la humanidad, hoy tan pervertida, que ha
construido una civilización atea, materialista y hace de la búsqueda del placer
el fin supremo del vivir humano.
Algunos de mis
pobres hijos han sido heridos por la misma, a causa de sus pecados impuros y
sus desórdenes morales y llevan sobre sí mismos el peso del mal que han
cometido.
Otros, en cambio,
son heridos aún siendo buenos e inocentes: entonces su sufrimiento sirve para
la salvación de muchos malos, debido a la solidaridad que os une a todos.
–El primer flagelo son los tumores
malignos y toda clase de cáncer, contra el cual la ciencia nada
puede hacer a pesar de su progreso en todos los sectores; enfermedades que se
propagan cada vez más y hieren el cuerpo humano devastándolo con llagas dolorosísimas
y malignas.
Hijos predilectos,
pensad en la difusión de estas enfermedades incurables en todas partes del
mundo y en los millones de muertos que ellas provocan.
–El primer flagelo
es la nueva enfermedad del S.I.D.A., que hiere sobre todo a mis pobres hijos
víctimas de la droga, de los vicios y de los pecados impuros contra natura.
En estos tiempos en
los que la humanidad es golpeada por este primer flagelo, vuestra Madre Celeste
quiere ser para todos ayuda, sostén, consuelo y esperanza.
Por
eso os invito a andar por el camino del ayuno, de la mortificación y de la
penitencia.
–A los niños les
pido que crezcan en la virtud de la pureza y en este difícil camino sean
ayudados por los padres y los educadores.
–A
los jóvenes les pido que se formen en el dominio de las pasiones con la oración
y la vida de unión Conmigo, y que renuncien a ir a los cines y a las discotecas
donde está el grave y continuo peligro de ofender esta virtud tan grata a Mi Corazón
Inmaculado.
–A
los novios les pido que se abstengan de toda relación antes del matrimonio.
–A
las familias cristianas les pido que se formen en el ejercicio de la castidad
conyugal y no usen nunca medios artificiales para impedir la vida, según la
enseñanza de Cristo, que la Iglesia también hoy propone con iluminada sabiduría.
¡Cuánto
deseo de los Sacerdotes la escrupulosa observancia del celibato y de los
Religiosos la práctica fiel y austera de su voto de castidad!
A mis pobres hijos
atacados por el primer flagelo de la llaga dolorosa y maligna, Yo me presento
como Madre Misericordiosa que alivia y consuela, que lleva a la esperanza y a
la paz.
A ellos les pido
que ofrezcan sus sufrimientos en espíritu de reparación, de purificación y de
santificación.
Sobre todo para
ellos mi Corazón Inmaculado se vuelve el refugio más acogedor y el camino
seguro que los lleva al Dios de la salvación y de la alegría.
En este mi
celestial jardín todos serán consolados y estimulados, mientras Yo misma me
preocupo amorosamente de dar alivio en el sufrimiento y, si está en la Voluntad
del Señor, ofrecer el don de la curación.
Por lo tanto, en
estos tiempos en que la humanidad es atacada por el primer flagelo, os invito a
todos a dirigir vuestra mirada a Mí, vuestra Madre Celeste, para ser
confortados y ayudados.”
DONGO (COMO), 1 DE
NOVIEMBRE DE 1989.
Fiesta de Todos los
Santos
La
nueva Jerusalén (Ap. 21, 9)
“Hoy es la fiesta de Todos los Santos y
mañana recordáis a los que se han salvado pero que aún se encuentran inmersos
en los sufrimientos purificadores del Purgatorio.
En estos tiempos de
la gran tribulación debéis vivir fuertemente la Comunión de los Santos.
Soy la Reina de
todos los Santos.
Soy la Capitana de
un único ejército.
–Los Ángeles del
Señor han recibido de Mí el mandato de responder con fuerza y con energía a
todas las insidias que el Dragón, la bestia negra, la bestia semejante a un
cordero y los espíritus malignos, os tienden todos los días.
Qué grande es hoy
su poder celestial, porque son enviados por Mí para contrarrestar la táctica de
mi Adversario, que es la de alejar a muchos pobres hijos míos de la adoración
debida a nuestro Dios, mediante la difusión cada vez mayor del culto satánico y
de las misas negras.
A esta perversa y
blasfema acción de los demonios, los Ángeles responden con su perenne, profundo
e incesante acto de adoración y de glorificación al Señor.
–A los peligros que
en estos tiempos os tienden los malos, tratando de esparcir en el camino por el
que debéis andar obstáculos, dificultades y astutas oposiciones, los Santos del
Paraíso responden con su poderosa asistencia e intercesión.
Las tramas ocultas
y oscuras, que la Masonería urde contra vosotros, para haceros caer en sus
redes, son descubiertas y destruidas por los Santos, quienes hacen descender
desde el Paraíso una fuerte Luz que os envuelve, para perfumar de fe, de
esperanza, de amor, de pureza y de santidad toda vuestra existencia.
La comunión de vida
con los Santos del Paraíso es el remedio que Yo os doy contra los peligros
engañosos y muy astutos que la bestia negra de la Masonería hoy
os tiende.
–Contra las
dificultades, las burlas, las marginaciones que la bestia semejante a un
cordero -la masonería eclesiástica- utiliza contra vosotros, mis hijos predilectos, recurrid a una
perenne comunión de oración con las almas santas del Purgatorio.
Esta comunión de
oración con las almas purgantes da a ellas la luz y el alivio de abreviar el
tiempo de su purificación y os concede a vosotros la seguridad y el valor para
realizar en vuestra vida mi designio, que es el de ayudaros a cumplir en todo
momento la Divina Voluntad del Señor.
Hoy os contemplo
con alegría, reunidos juntos en el celestial jardín de mi Corazón Inmaculado,
viviendo esta estupenda realidad de la Comunión de los Santos, que os une, os
ayuda, os compromete a todos a combatir por el pleno triunfo de
Cristo, con el advenimiento en el mundo de su glorioso reino de amor,
de santidad, de justicia y de paz.
De ese modo
vosotros ya estáis contribuyendo a edificar la Nueva Jerusalén (Ap. 21, 9), la
Ciudad Santa, que debe descender del Cielo como una esposa adornada para su
esposo y formáis la morada de Dios entre los hombres, para que todos lleguen a
formar parte de su pueblo, donde cada lágrima será enjugada de sus ojos y allí
no habrá más muerte, ni luto, ni lamentos, ni afanes, porque las cosas de antes
habrán pasado.”
RUBBIO (VICENZA), 8 DE DICIEMBRE DE 1989.
Fiesta de la
Inmaculada Concepción
Una corona de doce
estrellas (Ap.12, 1ss)
“Hijos predilectos, contemplad hoy el
candor inmaculado de vuestra Madre Celeste.
Soy la Inmaculada
Concepción.
Soy la única
criatura exenta de toda mancha de pecado incluso del original.
Soy toda hermosa:
Tota Pulchra.
Dejaos envolver en
mi manto de belleza, para que también vosotros seáis iluminados con mi candor
de Cielo, con mi Luz Inmaculada.
Soy toda hermosa
por ser llamada a ser la Madre del Hijo de Dios y a formar el virginal vástago
del que debe surgir la Flor Divina.
Por eso mi designio
se inserta en el misterio mismo de vuestra salvación.
Al principio soy
anunciada como la enemiga de Satanás, la que obtendrá sobre él la completa
victoria.
“Pondré enemistades
entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la suya; Ella te aplastará la
cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón”. (Gén. 3, 15)
Al final soy vista
como la Mujer vestida del Sol (Ap. 12,1ss), que tiene la misión de combatir
contra el Dragón Rojo y su poderoso ejército, para vencerlo, ligarlo y
arrojarlo a su reino de muerte, para que en el mundo pueda reinar solamente
Cristo.
Heme aquí entonces
presentada por la Sagrada Escritura con el fulgor de mi maternal realeza: “y
apareció en el Cielo otra señal: una Mujer vestida del sol, con la luna bajo
sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. (Ap.12, 1ss)
En torno a mi
cabeza hay, pues, una corona de doce estrellas.
La corona es el signo
de la realeza.
La misma está
compuesta por doce estrellas, porque se convierte en el símbolo de mi materna y
real presencia en el corazón mismo del pueblo de Dios.
Las doce estrellas
indican las doce tribus de Israel, que componen el pueblo elegido, escogido y
llamado por el Señor para preparar la venida al mundo del Hijo de Dios y del
Redentor.
Puesto que Yo soy
llamada a ser la Madre del Mesías, mi designio es el de ser el cumplimiento de
las promesas, el brote virginal, el honor y la gloria de todo el pueblo de
Israel.
En efecto, la
Iglesia me exalta con estas palabras: “Tú eres la gloria de Jerusalén; Tú eres
la alegría de Israel; Tú eres el honor de nuestro pueblo”.
Por eso las tribus
de Israel forman doce piedras preciosas de la diadema que circunda mi cabeza,
para indicar la función de mi materna realeza.
Las doce estrellas
significan también los doce Apóstoles que son el fundamento sobre el cual
Cristo ha fundado su Iglesia.
Me he encontrado a
menudo con ellos, para estimularlos a seguir y a creer en Jesús durante los
tres años de su pública misión.
En su lugar, Yo
estuve bajo la Cruz, junto con Juan, en el momento de la crucifixión, de la agonía
y de la muerte de mi Hijo Jesús.
Con ellos he
participado de la alegría de su resurrección; junto a ellos, recogidos en
oración, he asistido al momento glorioso de Pentecostés.
Durante mi
existencia terrena he permanecido junto a ellos con mi oración y mi presencia
maternal para ayudarlos, formarlos, alentarlos e impulsarlos a beber el cáliz
que había sido preparado para ellos por el Padre Celestial.
Soy así Madre y
Reina de los Apóstoles que, en torno a mi cabeza, forman doce estrellas
luminosas de mi materna realeza.
Soy Madre y Reina
de toda la Iglesia.
Las doce estrellas
significan además una nueva realidad.
El Apocalipsis, en
efecto, me ve como un gran signo en el cielo: La Mujer vestida del Sol, que
combate al Dragón y a su poderoso ejército del mal.
Entonces, las
estrellas en torno a mi cabeza indican a aquellos que se consagran a mi Corazón
Inmaculado, forman parte de mi ejército victorioso, se dejan guiar por Mí para
combatir esta batalla y para obtener al final nuestra mayor victoria.
Así, todos mis
predilectos y los hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, llamados a ser hoy
los apóstoles de los últimos tiempos, son las estrellas más luminosas de mi
real corona.
Las doce estrellas,
que forman la luminosa corona de mi materna realeza, están constituidas por las
doce tribus de Israel, por los Apóstoles y por los Apóstoles de estos vuestros
últimos tiempos.
Entonces, en la
fiesta de mi Inmaculada Concepción, os llamo a todos vosotros a formar parte
preciosa de mi corona y volveros las estrellas brillantes que difunden, por
todas las partes del mundo, la luz, la gracia, la santidad, la belleza y la
gloria de vuestra Madre Celeste.”
DONGO (COMO), 24 DE
DICIEMBRE DE 1989.
Noche Buena
El tiempo se ha
cumplido
“Hijos predilectos, vivid Conmigo en
acto de oración incesante y de profundo recogimiento, estas horas de la Noche
Santa.
El tiempo se ha
cumplido.
Desde cientos de
años se ha venido esperando este acontecimiento: voces
de profetas y de enviados de Dios habían tenido encendida la antorcha de la
esperanza y de la espera.
El curso del tiempo
y de la historia confluían ambos hacia este extraordinario momento.
En esta Noche Santa
todo tiene su cumplimiento.
Yo, Virgen y Madre,
doy a luz a mi Hijo Divino: mi castísimo esposo José está junto a Mí y lleva en
su persona la presencia de todos los pobres de Israel; la Gruta rústica se
vuelve regia por el Hijo de David, llamado a sentarse sobre su trono real; los
pastores acuden para ofrecer el homenaje de los sencillos y de los pobres de espíritu;
el coro de los ángeles canta y trae la luz inocente de los niños, de los
pequeños, de los puros de corazón.
Con qué inefable
amor y delicada ternura, Yo deposito sobre el pobre pesebre a mi Hijo divino,
el Primogénito del nuevo pueblo de Israel, el Unigénito Hijo del Padre, el
Mesías prometido y esperado desde siglos.
En esta Noche Santa
las profecías se realizan, todo tiene su perfecto cumplimiento.
El tiempo se ha
cumplido. Vivid con amor, con confianza y con gran esperanza esta Navidad. Es
la Navidad de 1989.
Es la Navidad de un
año que ha sido muy importante.
Vividlo Conmigo,
Madre que cada día os engendra aquella vida que mi Niño os ha dado con su
venida entre vosotros.
Vividlo con mi
esposo José, en acto de humilde y dócil colaboración al designio de vuestro
Padre Celestial.
Vividlo con los
pastores que acuden festivos, con la alegría de ser vosotros también
testimonios del anuncio, que aún hoy sigue proclamando la paz y la salvación a
todos los hombres.
Vividlo con los
pequeños, los sencillos, los pobres, que hacen de trono real al dominio de mi
Hijo Jesús.
Vividlo con los
ángeles que cantan armonías divinas y ofrecen el amor a esta pobre tierra, que
nunca estuvo tan amenazada y golpeada.
Vivid en espíritu
de alegría profunda esta vuestra Navidad.
Puesto que el
tiempo se ha cumplido.
Ya entráis en los
acontecimientos que os preparan para su segunda Navidad.
Os aproximáis al
momento del glorioso retorno de Cristo.
No os dejéis, pues,
apoderar por el temor, ni por la tristeza, ni por una vana curiosidad, ni por
inútiles afanes.
Vivid con la
simplicidad de los pequeños, todos los momentos de este nuevo Adviento en mi
Corazón Inmaculado y poned empeño en actuar con rapidez para abrir de par en
par las puertas de los hombres y de los pueblos al Cristo que viene.
Y abrid el corazón
a la esperanza para acoger con alegría el anuncio que hoy os doy: se está
cumpliendo el tiempo de su glorioso retorno.”
(Continúa en la Parte III Lugares donde ya inyectan la Marca de la Bestia 666 o Microchip RFID)
https://marcadelabestia666.blogspot.com
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