LOS SANTOS HABLAN

“Quien medite de corazón cada uno de estos Mensajes, obtendrá Gracias especiales para su vida espiritual. Si es pecador, se convertirá; si es imperfecto, se volverá perfecto; si es santo se hará más santo; si es tentado triunfará; si sufre, podrá encontrar en estas meditaciones, la fuerza, la medicina, el consuelo; y si su alma es débil y pobre, hallará un alimento espiritual y un espejo en el que mirándose continuamente, se embellecerá y se hará semejante a Jesús, nuestro modelo. AMEN, AMEN, AMEN.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Enseñanza Núm. 20 “La Protección de Dios”.

Evangelización para los Últimos Tiempos
Enseñanza Núm. 20

Enseñanza Núm. 20 “La Protección de Dios”.
10 de Septiembre del 2016

El pacto que contraigo con ustedes es que, en adelante, ningún ser viviente morirá por las aguas de un diluvio, ni habrá nunca más diluvio que destruya la tierra.» (Génesis 9,11)

Contigo acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla. (Salmo 18,30)

¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Romanos 8,31)

Las palabras de Dios pasan cualquier prueba, son un escudo para los que confían en él. (Proverbios 30,5)

Yahvé es bueno; para los que en él confían, es un refugio en el día de la angustia. Conoce a los que en él confían, y los salva de las aguas embravecidas. (Nahúm 1,7)

El malo morirá por su maldad y los que odian al justo, lo tendrán que pagar. (Salmo 34,22)

Ningún arma que hayan forjado contra ti resultará, y harás callar a cualquiera que te acuse. Este es el premio para los servidores de Yahvé y la victoria que les garantizo, dice Yahvé. (Isaías 54,17)

El Señor es fiel: a ustedes los fortalecerá y preservará del Maligno. (2ª Tesalonicenses 3,3)

Él es mi roca, en él me refugio. Es mi escudo, mi salvación, mi ciudadela y mi refugio: mi salvador me salva de la violencia. Invoco a Yahvé que es digno de confianza y me veo libre de mis enemigos. (2a Samuel 22,3-4)

No corran tras el dinero, sino más bien confórmense con lo que tienen, pues Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te abandonaré. (1ª Juan 5,18)

¡Yahvé, mi fortaleza!, a él le cantaré, él fue mi salvación, él es mi Dios y lo alabaré, el Dios de mi padre, lo ensalzaré. (Éxodo 15,2)  

Dile al Señor: «Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza». Él te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. (Salmo 91, 2-6)
No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del Maligno. (Juan 17,15)

Yo estoy contigo; te protegeré a dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra, pues no te abandonaré hasta que no haya cumplido todo lo que te he dicho.» (Génesis 28,15)